Abrigos de piel para las rusas: ¿prendas de lujo o necesidad?
Cuando hace frío en invierno, mujeres y hombres se ponen abrigos de piel que históricamente han servido para sobrevivir a las inclemencias meteorológicas. Ahora parece que estas prendas son algo más que mera ropa de temporada: son una cuestión de estatus social.
Las temperaturas durante el invierno ruso pueden disminuir hasta los 30 ó 40 grados bajo cero en diferentes regiones. ¿Es posible dar un paseo y no morir de frío? Eso depende de la prenda que nos abrigue.
Durante siglos la gente ha preferido los abrigos de piel para sobrevivir al frío. Según las últimas colecciones de moda, la ropa confeccionada con piel natural sigue siendo muy popular. Sin embargo, muchas personas están en contra de los abrigos de piel pues afirman que es inhumano vestirse con ellas.
Los abrigos de piel son algo más que una prenda que entrega calor en los días más fríos del año. Para muchas mujeres rusas estos son un símbolo de prestigio y estabilidad. Para ellas ponerse un abrigo de marta cebellina o de visón es una sensación de comodidad y de seguridad.
Junto con el bienestar crecen las exigencias y así los diseñadores van lanzando ideas cada vez más atrevidas. Una vez que la clienta se enamora de una prenda de lujo ya no importa el alto precio que tenga. Algunos abrigos de marta cebellina de alta costura pueden costar hasta medio millón de dólares.
“Las pieles siempre han sido un objeto de culto. Siempre han sido inaccesibles para la gente común y corriente. Es algo que se hace más apetecible por el sólo hecho de que no cualquiera lo puede tener”, asegura la diseñadora y dueña de la tienda de pieles homónima "Helen Yarmak".
No ha de extrañar ahora que incluso las jóvenes de bajos ingresos aspiran a comprar las anheladas pieles. En los meses de invierno en el metro moscovita casi la mitad de las mujeres va abrigada con estas prendad. Claro que la calidad varía, pero todas se sienten orgullosas de su prenda.
Mientras unos están a favor de la tradición de llevar pieles, bien sea por la diferencia de mentalidad o por las condiciones climáticas en Rusia, otros tienen su postura bien definida: ¡No a las pieles! Los que defienden a los animales creen que la moda de usar abrigos de piel es una costumbre que además de ser cruel no tiene sentido, puesto que las telas modernas son capaces de proteger del frío con la misma efectividad.