La crisis de Toyota ha cambiado el mundo

La retirada de los coches de Toyota afectados por una falla en el pedal del acelerador no sólo afectará a EE. UU. y Europa, sino a América Latina, Medio Oriente o África.

Mientras tanto la empresa japonesa anunció el numero de automóviles en estas regiones probablemente afectados por una aceleración incontrolada debido a ese fallo. Toyota Motors tiene que revisar 180.000 automóviles vendidos en América Latina, Medio Oriente o África, y le costará 2.000 millones de dólares. Actualmente las oficinas locales verifican el numero de coches vendidos.

El problema está casi detectado y corregido, pero no es tan fácil restaurar una reputación dañada. La situación se agrava porque algunos modelos no es la primera vez que son retirados.

"Siempre he creído que una alta puntuación de la calidad de Toyota es verdad. Muchas personas en América del Norte conocen a Toyota como una marca de calidad muy alta. Sin embargo, el número de llamadas acogiéndose a la garantía y el porcentaje de defectos, así como la durabilidad de sus vehículos muestran lo contrario", afirma Mike Allen, editor jefe de la revista Popular Mechanics.

Sin embargo, la decisión de Toyota de cerrar una fabrica en California y despedir al personal del sindicato ha provocado una ola de indignación. Casi 5.000 personas se quedarán sin trabajo.

"Estamos en contra de la avaricia corporativa de Toyota. Es una empresa que cobró el dinero después del cambio de coches viejos por otros nuevos. Los productos de la empresa tienen problemas con la seguridad, y ahora quieren despedir a los miembros de nuestro sindicato. Ellos quieren despedir a todos los miembros de la unión de los trabajadores de la fabrica automotriz. ¿Queréis ser una organización con alta responsabilidad social? ¡Hay que demostrarlo. Por eso protestamos!", explica el presidente de los sindicalistas, James Hoffa.

General Motors y Ford ya decidieron usar esta situación para mejorar la suya: ofrecen un descuento de 1.000, dólares o intereses de préstamo gratuito de hasta cinco años.

Las retiradas recientes deben considerarse como un síntoma del malestar de Toyota. La compañía está luchando con su propia historia y con la globalización. La empresa nipona llegó al punto en el que tiene que verificar principios de los que nunca había dudado.

Entre ellos está lo que durante décadas ha contribuido a la fuerza y el poder del fabricante. Es el sistema de producción 'Kaizen', que da a cada trabajador una gran responsabilidad y alienta a cualquier problema detectado. El escándalo muestra que en alguna parte de este proceso hay un fallo.

Irónicamente el principio que era el secreto del éxito de la empresa de Toyota, actualmente es su mayor problema. Es la unificación de la producción, independientemente del país y los modelos de coches. El numero de coches afectados depende de que Toyota, como casi todos los fabricantes de automóviles, utilizan la misma pieza en diferentes modelos por todo el mundo. Un pequeño error puede provocar una avalancha de problemas.