5 millones de euros alemanes ayudarán a proteger los arrecifes
Alemania dona cinco millones de euros para apoyar la protección de los arrecifes adyacentes a las costas de Honduras, Guatemala, Belice y México. El gobierno de aquel país europeo, representado por su embajador en San Salvador, Christian Stocks, oficializó la donación el martes, al firmar el convenio de otorgamiento de fondos con el secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana Juan Daniel Alemán.
El dinero será desembolsado en los próximos cinco años a la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo para ayudar al Sistema Arrecifal Mesoamericano, que integran los cuatro países. Servirá de apoyo en la protección de recursos marinos y las entidades sociales regionales que trabajen para este fin.
Los representantes alemanes en el encuentro con sus homólogos mesoamericanos destacaron que su país estaba interesado en el desarrollo regional, especialmente en aspectos como la democracia, la seguridad, el medio ambiente y el clima.
Durante la última década se consideraba el enemigo principal de los arrecifes de coral, el cambio climático que provocará la subida de temperatura de las aguas. Efectivamente, la mayoría de los corales no sobreviviría al aumento en 2 grados centígrados. Pero un peligro mayor procede de todo tipo de explotación – turística, industrial, pescadora u otra – así como de la basura múltiple que arrastran las olas oceánicas.
Además, se tiene en cuenta que hay otros ecosistemas que conviven en los arrecifes: algas, esponjas u otras talasiófitas. Su diversidad es superior en esta región, respecto a la que se da en las aguas del océano abierto.
Estudios realizados en Estados Unidos cifran en 100.000 millones de dólares anuales, el valor del turismo relacionado con el submarinismo entre los arrecifes del Caribe. Sin embargo, apenas alguna de las empresas turísticas de la región misma invierte sumas significativas en la conservación y reconstitución de esos monumentos vivos de la maravillosa pluralidad de especies y formas oceánicas. Eso obliga a los países desarrollados, como Alemania, a enviar el dinero cobrado por los impuestos de sus entidades del sector turístico a las naciones que prestan sus recursos recreativos para el submarinismo a nivel internacional.