Austria se calienta quemando sus árboles navideños

Los árboles navideños, que alegraban la vista y atraían el espíritu de la Navidad prácticamente en cada casa de Viena, se utilizan en la central eléctrica más grande de Europa, ubicada en Summering, a unos 30 kilómetros de la capital austriaca y que funciona con combustible biológico: los restos del  aprovisionamiento de madera. Los abetos se quemarán y, de ese modo, traerán luz y calor a las casas de sus antiguos dueños.

El 7 de enero, en Viena se abrieron 500 puntos para la recepción de los árboles para su inmediata utilización. Es la primera acción gracias a la cual los abetos pueden servir a los ciudadanos después de la celebración navideña. El año pasado en Viena se recogieron en total 600 toneladas de este combustible.

El símbolo principal de la Navidad austriaca, el abeto de 27 metros de altura y de 100 años de edad, tendrá un papel si cabe más importante. Los alumnos del colegio forestal construirán de la madera del árbol un gran número de nidos y comederos para pájaros.

El segundo abeto más alto en Viena, de 20 metros de altura, que estuvo colocado cerca del Palacio de Schönbrunn, también conocido como el "Versalles vienés", uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria, servirá de regalo para los elefantes y rinocerontes del zoo local.

Una acción parecida se realiza en Lituania . Junto con las viviendas de muchos pisos se han instalado unos contenedores especiales, para que echen allí los árboles navideños. Los árboles se despedazarán y después se usarán como material para el calentamiento.  

La acción se realiza no sólo en Vilna, capital del país, sino también en otras ciudades de la república.