La esterilidad violenta
El fenómeno de esclavitud sigue siendo un problema crucial también en la historia contemporánea, aunque tenga otras formas.
Parece que la época comunista resucitó las prácticas de servidumbre y los ecos de aquellos dramas siguen resonantes para el siglo XXI.
La minoridad gitana de la antigua Checoslovaquia en los tiempos del régimen comunista en el país sufrió una verdadera tragedia. Fue conducida una campaña antigitana, lanzada por el Partido Obrero radical, que dejó a muchas mujeres estériles contra su voluntad.
Una de las mujeres dañadas por aquella comentó que ni siquiera se había dado cuenta de lo que estaba pasando. En sus últimos días de embarazo acudió a un centro médico para estar asistida en el parto. Se acuerda de que entre los dolores le entregaron un documento para que lo firmara y cuando se despertó, le comunicaron que ella había consentido su esterilización, así que ya no podía tener más hijos. Resultó esterilizada a los 21 años de edad al dar a la luz a su segundo hijo.
La esterilización sistemática tuvo de objetivo controlar la población gitana, con sus tradicionales familias numerosas, marginales para la sociedad y la economía del país de entonces.
Más de ochenta casos fueron investigados en la época moderna, pero el número real sería mucho más grande.
A pesar de que actualmente la República Checa es un pais democrático con las regulaciones de defensa de los derechos humanos desarrolladas, las víctimas siguen sintiéndose insatisfechas y sin justicia. Recibieron disculpas oficiales del parte del Gobierno, pero no se trató de ninguna pena para los culpables o de unas compensaciones para las mujeres.
Czeslaw Walek, diputado del departamento de derechos humanos, comentó que cuando las víctimas acuden a un tribunal, la sentencia suele ser en su favor y los hospitales son obligados de disculparse. Pero esto es todo, el juicio niega cualquier tipo de compensación financiera, por haber expirado el tiempo.
Después de la primera explosión publicitaria, el problema fue descuidado por la mayoría de los políticos y también por la prensa checa.