10 militantes muertos en un ataque aéreo de EE.UU. en Pakistán

Unos 10 militantes islamistas murieron el jueves al noroeste de Pakistán tras lanzar cuatro misiles unos aviones no tripulados estadounidenses. Un oficial de inteligencia local indicó que el número de los muertos puede aumentar. Es el séptimo ataque aéreo de EE.UU. este año en la provincia de Waziristán del Norte, que limita al noroeste con Afganistán y es la zona donde se ubican los campos de entrenamiento de los guerrilleros islamistas.

De esta región tribal, no controlada por el Gobierno de Islamabad, surgen con frecuencia ataques a las fuerzas de EE.UU. y la OTAN en Afganistán. En septiembre de 2006 el Ejecutivo de Pakistán concertó un acuerdo pacífico con los grupos militantes, pero no logró poner fin a la violencia dentro de esta región indómita y las vecinas. De tal modo, aunque las autoridades oficiales han condenado reiteradamente los ataques estadounidenses en público como una transgresión de su soberanía, no se han opuesto a ellos expresamente.

La Dirección de Inteligencia Inter-Services de Pakistán, ISI,  cooperó durante la Guerra Afgano-Soviética con su homóloga norteamericana, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para entrenar a los muyahidín afganos, suministrarles armas y guiarlos en el marco de la Operación Ciclón, una de las más largas y caras de la CIA. Según el periódico británico The Guardian, entre los años 1986 y 1992 -las tropas soviéticas se retiraron en 1989- más de 100.000 guerrilleros islamistas fueron reclutados en todo el mundo por la CIA y el MI6 para combatir en el yihad afgano tras recibir entrenamiento en Pakistán.

A finales de la década de los ochenta, la primera ministra del país, Benazir Bhutto, que estaba alarmada por el fortalecimiento de los islamistas, acusó a George Bush (padre), el entonces presidente de EE.UU., de “haber creado un Frankenstein”. En diciembre de 2007 Bhutto, la primera mujer al frente del Ejecutivo de un país musulmán, fue asesinada por un extremista.