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Un androide en la Estación Espacial Internacional

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El trasbordador Discovery ya tiene reservado un lugar para el humanoide llamado Robonauta-2 (R2), desarrollado por la NASA y la General Motors como parte de un acuerdo de cooperación en el desarrollo de robots-auxiliares.
Un androide en la Estación Espacial Internacional

El trasbordador Discovery ya tiene reservado un lugar para el humanoide llamado Robonauta-2 (R2), desarrollado por la NASA y la General Motors como parte de un acuerdo de cooperación en el desarrollo de robots-auxiliares.

Existió el Robonauta-1, pero nunca abandonó la Tierra, cediendo el honor al prototipo de segunda generación R2, que según sus diseñadores será el primer androide capaz de efectuar la mayoría de las actividades “humanas”, tal como el cine imaginó años antes.

Las manos de R2 pueden manejar las mismas herramientas que utilizan los astronautas durante sus actividades extravehiculares. En vez de tener enchufes para herramientas o pinzas, los brazos del robot tienen dedos flexibles y bastantes fuertes, capaces de subir pesas de hasta de nueve kilos.

A pesar del avance tecnológico en robótica, los humanos que trabajan fuera de la EEI tienen todavía ventajas ante los robots, como la flexibilidad de conducta. Durante los trabajos de reparación del Telescopio Espacial Hubble en el 2009, un astronauta no podía destornillar un perno atascado, consultó con el Centro de Control de Vuelos en la Tierra y desconectó el limitador de fuerza de la herramienta y así movió el perno. Un androide hubiera fallado en tal situación, haciendo fracasar la importante misión de reparar un equipo tan costoso.

Foto: NASA

No obstante, los seres humanos tienen también desventajas como la incapacidad para trabajar en condiciones de vacío sin casco y trajes especiales. Aunque es común confundirla,  una escafandra no es un simple traje hermético.

Por ejemplo, las escafandras rusas Orlán-MK más parecen una nave espacial monoplaza, dotadas con un sistema automático, ordenador y hasta propulsores desmontables. Todo el conjunto pesa más de cien kilos.

Al principio, el androide R2 trabajará sólo dentro de la ISS, particularmente en el laboratorio Destiny, del segmento estadounidense de la estación.

El R2 será sometido a pruebas de compatibilidad de sus dispositivos electrónicos con los de la ISS y de resultar exitosas, en otoño comenzarán sus pruebas en el espacio.

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