Cardiocirujanos rusos salvan a los más pequeños
Los especialistas del Instituto de Cardiocirugía de Moscú han elaborado nuevas tecnologías para salvar las vidas de los más pequeños.
En este centro médico de la capital rusa se realizan estudios especializados en el funcionamiento de las bombas más poderosas del mundo: el ventrículo derecho y el izquierdo, que forman el corazón, y es el único del mundo especializado en problemas cardíacos en niños.
Básicamente, el corazón tiene la función de impulsar la sangre por todo el cuerpo, la cual es el medio de transporte del oxígeno. Sin embargo, hasta órganos tan resistentes como este pueden sufrir daños severos.
El destacado cardiocirujano ruso Leo Bokeria explica que “las lesiones más frecuentes se localizan en las válvulas que funcionan como filtros entre las cavidades del corazón. Esto ocurre por alguna anomalía durante el embarazo o por alguna fuerte temperatura que provoca la reducción de estas válvulas, lo que se traduce en una insuficiencia cardíaca”.
Las técnicas para solucionar estas deficiencias son variadas y van desde la implantación de válvulas de donantes, el uso de tejido de cerdo tratado con químicos para evitar efectos secundarios y hasta la instalación de pequeñas prótesis metálicas.
El único inconveniente que presentan estos procesos es que la operación se tiene que hacer a corazón abierto, lo que eleva la intervención al nivel de alto riesgo.
El jefe del departamento de Biotecnología del Instituto cuenta que para disminuir los riesgos de una operación a corazón abierto han utilizado la técnica del catéter, que consiste en hacer una pequeña apertura en el pecho y comprimir la prótesis dentro de un catéter para después introducirla con una guía hasta las partes dañadas.
Sin embargo, no sólo hay problemas técnicos en estos casos, también la parte financiera juega un papel de peso, ya que los padres de muchos niños no tienen la posibilidad de efectuar este implante por los altos costos. Siendo conscientes de esta problemática, los médicos del instituto especializado en niños han reducido los precios con un nuevo diseño.
El doctor Bokeria cuenta que las investigaciones en materia de nuevos diseños de válvulas nunca se detienen. “En un principio se ponían válvulas hechas con globos, después de material biológico y hasta metálico. Ahora hemos logrado diseñar nuestro propio modelo”, señala.
En el mundo se han realizado alrededor de 8.000 operaciones de este tipo, pero el objetivo de esta clínica es aumentar el número de intervenciones, para así salvar la vida de más niños con edades que oscilan entre los dos y nueve meses. Su vida y su futuro dependen de una pequeña pieza y una gran investigación. El tiempo sigue corriendo.