La pobreza en Alemania avanza
La situación económica de muchos ciudadanos de Alemania corre un serio peligro. Según las últimas estadísticas, los más afectados son los jóvenes de 19 a 25 años y las familias que poseen 3 o más hijos. Entre los más necesitados también se encuentran miles de refugiados e inmigrantes.
En ese país, según los últimos datos, 1 de cada 4 ciudadanos podría vivir en la miseria, situación que provoca fuertes debates en la sociedad. Más de once millones de personas viven por debajo o muy cerca de la línea de la pobreza. Según un estudio del Instituto Alemán para la Investigación de la Economía (DIW), en 2008 uno de cada siete ciudadanos vivía en la pobreza o en peligro de caer en ella, esto es, 11,5 millones de personas: casi un tercio más de la población que hace apenas un decenio.
El estudio además destaca que son los niños y los jóvenes quienes más han sufrido: casi un cuarto de los jóvenes entre los 19 y los 25 años estaba en una zona de riesgo, según la cual se considera en peligro de caer en la pobreza a los que perciben menos del 60% del ingreso promedio establecido en su país (quienes perciben menos de 50% han traspasado definitivamente dicha frontera).
Los expertos encargados del estudio establecen tres razones para explicar este fenómeno negativo: 1) la educación universitaria dura más tiempo, lo que se traduce en más egresados y en un retraso en el inicio de la vida laboral 2) los jóvenes en esta situación tienen trabajos mal remunerados, o lo que se conoce como la generación de practicantes 3) la tendencia a abandonar más tarde el nicho familiar.
En otro segmento de la sociedad el estudio señala que las familias numerosas corren más riesgos de ser alcanzados por la pobreza: 22% de las familias con tres hijos se encuentran en la zona de riesgo; con cuatro o más hijos el peligro aumenta a un 36%.
Un dato alarmante se debe a la desprotección de menores de edad que no viven en familias completas, ya que el 40% de las madres o padres que mantienen solos a su o sus hijos viven en la pobreza o al límite de ella.
Por otra parte, el DIW indica que los subsidios estatales para los más necesitados ayudan a reducir los déficits de ingresos de la gente, pero al repartirse entre un número de personas cada vez mayor se produce el llamado "efecto regadera" por el cual, a cada uno le toca cada vez menos. La consecuencia es que se reducen los efectos directos, como en el caso del reciente aumento de 32 dólares que fijó el gobierno para las asignaciones familiares por cada niño. Para el Estado el gasto es considerable, pero para cada familia, el ingreso es mínimo.