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Un 10% de los que se gradúan de orfanatos en Rusia se adaptan a la sociedad

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Los habitantes de orfanatos tienen un destino muy duro, deben superar muchos obstáculos en el camino para realizar sus sueños.
Un 10% de los que se gradúan de orfanatos en Rusia se adaptan a la sociedad

Los habitantes de orfanatos tienen un destino muy duro, deben superar muchos obstáculos en el camino para realizar sus sueños.

Uno de los graduados del orfanato, Maxim, llegó bastante alto a pesar de todas las desdichas que había sobrevivido en su vida.

“Me fui de casa cuando tenía unos once años porque mi mamá bebía mucho. No lamento haber llegado al orfanato, aprendí muchas cosas ahí. Incluso algunas me sirvieron en la escuela teatral, me siento más maduro que mis colegas”, cuenta Maxim.

Ya en el orfanato, Maxim se formuló su objetivo bien claramente, decidió hacerse actor.

Sin tener el respaldo que suele dar la familia, Maxim ha conseguido realizar su sueño. Se convertió en un actor profesional.

Sin embargo, según las estadísticas, solo un 10% de los jóvenes que se gradúan de los orfanatos consiguen adaptarse a la sociedad, los demás no encuentran su sitio en la vida.

“Estos niños tienen un síndrome de desconfianza básica hacia los adultos. Los abandonaron los adultos más importantes de su vida - sus padres. Y tienen que vivir con este sentimiento. Y de ahí viene la sensación de que no se puede confiar en la gente. Siempre sospechan que les van a traicionar”, comenta el psicólogo, Alexander Kalmanovski.

El miedo de enfrentar los problemas de la vida real hace surgir casos como el de Ia ciudad de Izhevsk. Allí los alumnos del orfanato local derrotaron su dormitorio común y se cortaron las venas para conseguir el despido del director del establecimiento.

Por la tarde el domingo, el 31 de enero de 2010, doce educandos del orfanato rompieron los cristales en el dormitorio y se cortaron los antebrazos. El instigador de la acción fue un joven de 17 años Artur Rubinchikov, que en el estado de la embriaguez alcohólica organizó la revuelta y persuadió a otros estudiantes cortarse las venas. Afortunadamente consiguieron salvarles.

La directora del orfanato en otra ciudad, de Alexandrov, Irina Sidorova comenta: “La adaptación social es un proceso muy doloroso para nuestros niños. Se ven obligados a superar todos los obstáculos sin la ayuda de nadie. No tienen el respaldo de sus padres. Existe otro problema - en nuestra sociedad a los que salen de los orfanatos a menudo los tratan como gente de segunda categoría”.

Sin embargo, la vida nos enseña que el destino de cada persona es individual.

Maxim, que creció en el orfanato, está a principios de su carrera profesional. Ahora sirve de ejemplo para muchos niños que se quedaron sin familia. Sin duda, este joven no dejará escapar a la fortuna que le sonrió tras muchos años de privaciones y esfuerzos.

 

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