La sociedad rusa llora a las víctimas de los atentados del metro en Moscú

El 31 de marzo en Moscú se llevan a cabo los primeros funerales de las víctimas del doble atentado terrorista que estremeció a la capital rusa el lunes por la mañana y segó las vidas de 39 personas. Más de 70 heridos todavía permanecen en los hospitales. La alcaldía de Moscú confirmó que todos los gastos de los entierros correrán a su cargo. En las iglesias y catedrales del país se ofician misas en memoria de las víctimas.

Los dos ataques terroristas conmovieron fuertemente a toda la sociedad rusa. La gente llega a las estaciones atacadas para depositar flores. Los moscovitas forman largas colas para donar sangre.

El corresponsal de RT entrevistó a los que prestaron su ayuda en los momentos críticos.

Antón Shirókov, estudiante de medicina: “Cuando resonó la explosión, estuve cerca del lugar. Mi primera reacción fue pánico y un impacto tremendo, me quedé paralizado. La gente empezó a gritar, llorar y gemir. Cuando estaba saliendo ya de la estación, miré hacia al lado y vi a una chica que lloraba. No sé por qué, pero sentí que tenía que ayudarla. Cuando conseguí subir del subterráneo, las ambulancias ya habían empezado a llegar, después la policía y otros servicios de emergencia”.

María Markova fue una de las personas, que se ofrecieron a trasladar gratuitamente a la gente que no podía usar el metro, por estar cerradas las líneas que necesitaban o por estar simplemente asustados de bajar al subterráneo: “Mientras estuve pasando al lado de estaciones de metro y paradas de autobuses, vi que había muchísima gente que esperaba a los buses o a un coche o cualquier otro medio de transporte para llegar a su trabajo. Yo paré mi auto y dije que podría llevar conmigo a tres personas". Comentó que su padre hizo lo mismo después del otro atentado en el metro de Moscú, en 2004. Según ella, fue lo mínimo que podía hacer en unas circunstancias así.

Sin embargo, no todo el mundo se mostró tan generoso. Algunos taxistas triplicaron sus precios, aprovechándose del temor de la gente a usar el metro. Sin embargo, no fueron la mayoría.