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Condenado a muerte por 'brujería' un presentador libanés en Arabia Saudita

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En Arabia Saudita un ciudadano libanés ha sido condenado a muerte por 'brujería'. El acusado podría ser ejecutado a finales de esta semana.
Condenado a muerte por 'brujería' un presentador libanés en Arabia Saudita

En Arabia Saudita un ciudadano libanés ha sido condenado a muerte por 'brujería'. El acusado podría ser ejecutado a finales de esta semana.

Ali Hussain Sabat, famoso presentador de televisón, fue arrestado y sometido a juicio en  mayo de 2008 en Arabia Saudita, donde había viajado para el peregrinaje a La Meca.

El acusado, de 48 años, un buen musulmán y padre de cinco hijos, era el presentador de un popular programa de la televisión libanesa, con sede en Beirut, en el que daba consejos y ofrecía predicciones sobre el futuro a sus televidentes.

Tras ser detenido, Sabat se confesó culpable ante las autoridades judiciales, pero su abogada, Mai el Khansa, dice que lo hizo porque le habían asegurado que tras la confesión podría regresa al Líbano.

En noviembre de 2009 llegó el veredicto del tribunal: Sabat culpable de 'brujería' y condenado a muerte por ello.

En enero de 2010, el Tribunal de Apelación de La Meca admitió un recurso contra la condena a muerte impuesta a Sabat por considerar que la sentencia se tomó de forma precipitada. Explicó que todas las denuncias formuladas contra el libanés tenían que verificarse y que si realmente había cometido el delito debía pedírsele que se arrepintiera.

A pesar de las apelaciones que hubo por parte de los abogados de Sabat, el pasado mes de marzo un tribunal de Medina confirmó la condena de muerte, para que no quedara ya ninguna duda. Los jueces dijeron que merecía ser condenado a muerte porque había practicado brujería públicamente durante varios años ante millones de espectadores y sus actos lo convertían en un infiel.

El tribunal dijo también que no había forma de comprobar si su arrepentimiento, si es que se arrepentía, era sincero y que la condena de muerte disuadiría a otras personas de practicar también brujería en un momento en el que "un creciente número de magos extranjeros" entraban en Arabia Saudita.

Esta causa se ha remitido de nuevo al Tribunal de Apelación de La Meca para que apruebe la condena a muerte. El abogado Mai el Khansa informó que se ha puesto en contacto con el presidente libanés y con el primer ministro de ese país para rogarles que intercedan a favor del acusado.

Además, Amnistía Internacional, la organización no gubernamental humanitaria, ha pedido al rey de Arabia Saudí, Abdullah, que impida la futura ejecución del presentador libanés.

No existe confirmación oficial por parte de las autoridades de Arabia Saudita sobre el día en que Sabat va ser ejecutado, pero se sabe que las ejecuciones en ese país se realizan sin previo aviso.

En el caso de Sabat se trata de un tipo de delitos que en algunas ocasiones puede suponer la pena a muerte en Arabia Saudita, un reino que aplica estrictamente la 'sharia', la ley ultraconservadora islámica.

El delito de brujería no está definido en la legislación saudí, pero se utiliza para castigar un amplio espectro de actividades y saltarse, de algún modo, la observancia a los derechos humanos.

En Arabia Saudita se realiza una 'caza de brujas' literal: la persecución de presuntos brujos, hechiceros, magos, adivinos, videntes y curanderos. En este país de Oriente Medio los acusados por cargos tan poco serios pueden ser condenados a muerte.

Por ejemplo, en 2007 allí decapitaron a un egipcio acusado de 'brujería'. Moustafa Ibrahim fue ejecutado en Riad al ser acusado de prácticas de brujería, adulterio y tras haber reconocido haber "insultado al Corán metiéndolo en los lavabos", informó el Ministerio del Interior saudita. Ese año, el número total de ejecuciones alcanzó las 141.

Los tribunales de Arabia Saudita, donde la realidad es tan desconocida como chocante, imponen penas corporales, como pueden ser la amputación de las manos o los pies en caso de robo o de delitos menores. El número de latigazos puede ser de varias docenas hasta de miles, normalmente aplicados durante periodos de semanas o meses.

Las ejecuciones en este país son a menudo públicas. El homicidio, la violación, el robo a mano armada, el tráfico de droga, la brujería, el adulterio, la sodomía, la homosexualidad y la apostasía son susceptibles de castigarse con la pena máxima.

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