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Los corzos, bajo el instinto protector de los cazadores

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Los corzos necesitan como nunca del cuidado y la protección de sus vecinos humanos. Estos animales son víctimas de las intensas nevadas y las bajas temperaturas del duro invierno en la región de Primorie. Cuando rompen con sus pezuñas la fina capa de hielo que cubre la nieve, se quedan atrapados
Los corzos, bajo el instinto protector de los cazadores

Los corzos necesitan como nunca del cuidado y la protección de sus vecinos humanos. Estos animales son víctimas de las intensas nevadas y las bajas temperaturas del duro invierno en la región de Primorie. Cuando rompen con sus pezuñas la fina capa de hielo que cubre la nieve, se quedan atrapados sin poder moverse. No tienen fuerzas para liberarse debido a la cantidad de nieve.

Los animales debilitados se trasladan a un criadero, donde permanecen hasta que la nieve comienza a derretirse. Otros animales corren una suerte mejor: son acogidos por los habitantes locales.

Vasily Evstrátenko es cazador, pero no deja que los cazadores furtivos se aprovechen de las desventuras de los corzos. Patrulla personalmente las afueras de su pueblo en busca de los animales cuya vida corre peligro. Los inspectores también han iniciado una operación de rescate en la taigá.

Vasily, junto con su hijo, se ha impuesto un horario para dar de comer a los animales que encontraron en la taigá. "Tuvimos a algunas hembras que no podían caminar, y otras ni siquiera se movían", recuerda Vasily Evstrátenko.

Los pobres corzos, asustados, pero bien alimentados, se esconden en un rincón oscuro. El hijo de Vasily, Dima, sabe lo que hay que darles de comer. Esta vez los animales tendrán un postre exquisito.

"Tienen que comer plantas salvaje para que no se acostumbren a lo doméstico. Tienen que seguir siendo salvajes, porque si los domesticamos morirán al volver a su hábitat", dice Dima Evstrátenko.

Los especialistas dicen que, debido a un invierno tan prolongado, la taigá puede perder hasta un 50% de los corzos que la habitan. Además, algunos cazadores ven en los desgraciados animales una presa fácil.

"Los cazadores furtivos se acercan demasiado a los animales, algunos con esquíes. O, incluso, los apuñalan con navajas", declara el especialista en cinegética Alexander Iakovlev.

Gracias a los concienzudos habitantes de la región de Primorie, los corzos pueden encontrar alimentos en esta temporada tan dura. Cuando se derrita la nieve, podrán buscarlos por sí mismos. Y mientras tanto, es una buena oportunidad para que los humanos aprendan a cuidar de estas criaturas que comparten la tierra con ellos.

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