Protestas en Colombia contra los acuerdos económicos con la UE
En economía parece claro que ‘nunca llueve al gusto de todos’. Es algo que se manifiesta en casi cualquier transacción, operación, acuerdo, compra o incluso (quizás especialmente) con cualquier crisis. Por eso es frecuente los acuerdos gubernamentales en esta materia levanten ampollas en algunos sectores, mientras que otros (particularmente los gobiernos firmantes) se felicitan por las mutuas ventajas obtenidas gracias a ellos. Este fenómeno es especialmente evidente en todos los tratados de libre comercio. El firmado recientemente entre la Unión Europea (UE) y Colombia y Perú, no es una excepción.
El 19 de mayo, miles de ganaderos y productores lecheros salieron a la calle en varias localidades de Colombia en protesta contra este tratado, por considerar que llevará a la quiebra del sector, según informa la agencia EFE. Ya hace una semana, la Federación Colombiana de Ganaderos anunció que el convenio perjudicará gravemente a una producción de la que viven unas 400.000 familias en el país.
Las manifestaciones, en las que los representantes del sector salieron a las calles con sus vacas y repartiendo miles de litros de leche, tuvieron lugar en Medellín (Antioquia), Valle del Cauca, en la ciudad de Tunja y en el departamento de Quindío. Además, en el departamento de Nariño, grupos de indígenas bloquearon un puente fronterizo con Ecuador en protesta por el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Los ganaderos, que piensan que establecer una relación de ‘igualdad’ entre economías como la de la UE y la de Colombia no es un pacto precisamente equitativo, afirman que estos acuerdos podrían acabar con la industria lechera regional. “Es demasiada competencia y nos van a inundar de leche importada a bajos costos”, afirmaba Jorge Boda, uno de los manifestantes de Medellín. Por su parte, Andrés Sandoval, que participó en las protestas de Valle del Cauca, opina que “los productores de la UE tienen subsidios y ayudas internas. Ante estas condiciones no es posible competir”.
Por su parte, el presidente del país, Álvaro Uribe, no tiene la misma opinión en lo referente al asunto. Según declaró en Madrid, donde se encuentra para asistir a la reunión entre la UE y la Comunidad Andina (CAN) y donde también rubricó el TLC, este acuerdo permitirá a Colombia aumentar en medio punto porcentual el crecimiento de su producto interior bruto, que se espera que alcance el 6%. Para dejar claro que el sector lechero nacional quedará también protegido, afirmó que la UE se ha comprometido a destinar 30 millones de euros al sector lácteo colombiano en los próximos siete años. A esta cifra se sumaría, igualmente, el respaldo económico adicional prometido por el Gobierno español, que no quiso cuantificar.
La cantidad en sí, 30 millones por siete años, puede no decir mucho, si junto con ella no se mencionan datos como que el pasado mes de octubre de 2009 Bruselas aprobó una ayuda, sólo para el año 2010, de 300 millones de euros para el sector lácteo europeo, el mismo que, en breve, competirá en situación de ‘igualdad’ con el colombiano.
En Colombia, entre los partidos mayoritarios, tan sólo el izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) ha anunciado que votará en contra de la ratificación del TLC en el Parlamento colombiano. El candidato a la presidencia del país presentado por esta formación, Gustavo Petro, afirmó a EFE que ellos no van a “aprobar en el Congreso este tipo de TLC que nos arruinará. El presidente cometió un grave error, porque las consecuencias no serán sólo para el sector lechero”. Sin embargo, los dos candidatos a la presidencia con mayores aspiraciones a suceder a Uribe según los sondeos de opinión (Antanas Monckus, del Partido Verde, y Juan Manuel Santos, del Partido de la U) sí se mostraron a favor del acuerdo.
Para pasar a la aplicación definitiva del TLC, todavía hay por delante un largo camino burocrático que pasa por su comprobación jurídica y traducción y su posterior aprobación por el Parlamento Europeo y los congresos de Colombia y Perú.