La segunda 'perestroika' en Rusia
La degradación de los centros por la nueva construcción en los extremos de la ciudad, la obsesión gubernamental por el plano de construcción y no por la arquitectura, y el confort son problemas que se pueden resolver con la modernización competente de las ciudades, según creen los arquitectos de la II Bienal de Arquitectura de Moscú.
La cómoda ciudad compacta y útil que permite reducir el uso de los recursos naturales y resolver los problemas de transporte, es el sueño de muchos ciudadanos. Y se puede cumplir, destacan en la Bienal que se inaugura el 26 de mayo.
No se trata de erigir ciudades nuevas, subrayan los equipos de los 27 países participantes. "No construcción, sino 'perestroika' ('reconstrucción') es lo que necesitamos ahora", destaca el comisario de la muestra, Bart Goldhoorn, partidario de la tradición de las edificaciones de Holanda que se distinguen por el confort y la preocupación por la persona.
"La crisis económica internacional y la amenaza del cambio climático nos obligan a volver a la realidad, y la realidad se manifiesta sin los recursos económicos necesarios para invertir en la construcción de nuevas ciudades. Nuestro reto principal es el desarrollo de las ciudades viejas, de las que nos olvidamos en la bienal de 2008 cuando nos concentramos únicamente en nuevos proyectos", citan a Goldhoorn los organizadores de la bienal.
El plan ruso de urbanización en marcha está basado en la construcción de millones de nuevos metros cuadrados cada año, lo que estimula la obsesión por la cantidad y deja a las innovaciones sin inversión estatal. El riesgo de invertir en algo más que en las típicas series de edificios obsoletas requiere más inversión, algo que se presenta difícil de encontrar en tiempos de crisis. Sin embargo, Goldhoorn insiste en que la alternativa a las ciudades de paneles existe y por el mismo precio si se hace a gran escala.
Los arquitectos advierten de que la falta de modernización de las ciudades lleva a la degradación de los centros urbanos. Y en realidad esto sucede en todo el mundo porque a los inversores les resulta más sencillo crear nuevos distritos 'en campo raso'. Pero la modernización es, según Goldhoorn, "el dialogo entre el futuro y la realidad".
Goldhoorn lamenta que en Rusia falte la experiencia extranjera necesaria en el nivel de ejecución, que pocos arquitectos estudien fuera del país y que los de dentro tengan un acceso limitado a la información nueva. Los manuales envejecen durante el largo proceso de aprobación "porque en las comisiones que los seleccionan son frecuentes los miembros de 70 años, ajenos a las tendencias modernas".
Uno de los remedios es tratar el tema y organizar bienales como la de este año. Por eso en Moscú se presenta el proyecto 'Gran París', un plan de reconstrucción de la ciudad cuya finalización está planeada para el año 2030.
Entre las opciones de desarrollo de las grandes ciudades está la construcción de torres con el estilo de los monumentos famosos y colgar 'cubos-balcones' transparentes con terrazas verdes en los edificios poco atractivos. Es la propuesta de Jean Nouvel, poseedor del Premio Pritzker, análogo del Premio Nobel en la esfera de la arquitectura. Winy Maas propone reducir el aumento de las ciudades. La idea de la compactación viene bien a la idea de la Bienal.
Gran atención se espera que atraiga el proyecto del Bureau de Holanda que elabora la modernización de la ciudad de Perm, conocida hoy en día por su actividad cultural. Y aquí la posibilidad de la concentración se muestra en el ejemplo de los patios de la ciudad. Durante la época de la URSS todo el espacio abierto pertenecía a la sociedad. Pero con el tiempo la gente tiene diferentes salarios y, consecuentemente, diferentes demandas hacia la organización del espacio. Por eso los arquitectos proponen dividir los patios en zonas públicas y privadas. Además, transforman la estación de ferrocarril en un museo de arte moderno y reconstruyen el Teatro de la Ópera y el Ballet Chaikovski.
Si el Gobierno presta oído a las propuestas de los arquitectos sobre la modernización y otorgara dinero no para el tendido de nuevas redes (cables, comunicaciones), sino para el cambio de lo obsoleto, a Rusia le espera una gran 'perestroika' a favor del confort.