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¿Podrán los estadounidenses vivir sin ilegales?

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La polémica ley de Arizona provoca por su racismo. La norma que entró en vigor este mes autoriza a la policía detener a cualquier persona que parezca un inmigrante.

La polémica ley de Arizona provoca por su racismo. La norma que entró en vigor este mes autoriza a la policía detener a cualquier persona que parezca un inmigrante.

En los campos de California los inmigrantes hacen un trabajo agotador recogiendo frutas que consumen millones de estadounidenses y muchas personas en el mundo. La mayoría de ellos vino aquí ilegalmente desde países de América Central e ignoran la discusión política que surgió sobre su estancia en Estados Unidos.

“Es la oposición de los ciudadanos que cumplen las leyes y no de los invasores ilegales. Si quieren construir un muro de 15 metros, estoy a favor”, dice Eric Spence, fundador de la página web wesupportarizona.com.

Hay 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos y estos podrían ser los puestos de trabajo para los estadounidenses que sí pagan impuestos.

Sin embargo, algunos sectores sobre todo de la industria agricultora de California, no quieren contratar a los ciudadanos estadounidenses.

Muchos, entre ellos el ex presidente George W. Bush, admiten que los inmigrantes hacen el trabajo que los estadounidenses no quieren hacer.

En una granja situada cerca de Los Ángeles, los campesinos creen que un norteamericano promedio no podría realizar su tares ni por un día.

La organización “Reunión de los granjeros” intenta demostrar que los estadounidenses desempleados pueden sustituir a los inmigrantes en los campos y los invita a estos puestos.

“No me sorprendería si dentro de un día o dos regresan apreciando a las personas que están aceptando sus empleos”, afirma Roman Pinal, jefe del sindicato de granjeros.

Pero los que buscan trabajo en la oficina de empleo no demuestran mucha aspiración para ejercer las labores en el campo.

“No lo aceptaría porque aún no cuido el jardín de mi propia casa”, se queja la desempleada Wendy Mendoza.  “Si tengo un trabajo que requiere ejercicios, sin levantar objetos pesados, me pagarían más de 11 dólares por hora y lo aceptaría, pero lo dudo, este trabajo generalmente consiste en levantar muchos objetos pesados y no pagan mucho”, explica otra desempleada, Lynn Boom.

El presentador de Conservative Radio, Tony Katz, tiene su explicación para el problema: “Son granjeros y están dispuestos a pagar por trabajo esclavo, obviamente tienen ventajas”.

Tony es uno de los que apoyan el endurecimiento de las leyes migratorias y cree que el riesgo que corre Estados Unidos no es sólo una amenaza financiera.

“Se trata de personas que llegan con enfermedades que ya habíamos erradicado y las devuelven a EE. UU”.
“Estados Unidos paga un precio realmente alto por la inmigración ilegal”, añade Eric Spence.

Spence creó una pagina web que reúne a los que se pronuncian a favor de la ley de Arizona. Opina que un norteamericano asumirá la tarea de un campesino porque hará todo para alimentar a su familia. Pero por el momento, según los datos del sindicato de los granjeros, solo tres estadounidenses aceptaron su propuesta de hacer el trabajo de los inmigrantes.

El mismo sistema económico de Estados Unidos implica el flujo de trabajadores indocumentados. Y los últimos cambios legislativos antimigratorios juegan a favor de las corporaciones. Así reflexiona un activista de derechos humanos

Graylah Hagler, activista de derechos humanos de EE. UU. dice: “Toda la situación se produce por la cuestión del susto. Cuando hay muchos desempleados hay que encontrar un chivo expiatorio. Pero aquí no es esto lo que está provocando el desempleo. La razón por la cual las personas no tienen trabajo es porque el sistema económico no estuvo regulado y colapsó. El asunto es que hay que ser consciente que  los inmigrantes siempre han llegado a este país debido a un sistema capitalista que incitaba a ganar lo máximo usando el mínimo. Siempre fue esa la razón. Lo que pasa es que le agregamos el asunto de contratar personal extranjero. Somos nosotros quienes les propusimos el trabajo exactamente en la frontera mexicana. En Estados Unidos se puede esquivar  la regulación y la leyes laborales existentes . Las nuevas leyes antimigratorias son entonces una nueva muestra de racismo, un intento de poner a la gente en la sombra para que pueda ser manipulada por la entidades corporativas.  La ley que fue aprobada y que pronto será implementada en Arizona realmente abre la puerta a una política racista. Cualquier persona de color puede ser detenida por la policía por razones insólitas, como por ejemplo conducir un coche muy brillante o estar en el momento equivocadio en el lugar equivocado. Esto es una nueva forma de racismo. Claro que debemos tener una regulación fronteriza pero tiene que ser humana y justa. Y tampoco hay que olvidarse de la situación que impuso Estados Unidos en otros paíese y que origina el flujo masivo forzado de inmigrantes”.

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