En el banquillo de los acusados por grabar una vuelta en moto
Un motociclista galo será juzgado tras grabar con un cámara sus propias infracciones de las reglas de tráfico.
Tal vez se hubiese librado de esta consecuencia tan severa si no hubiera perdido el aparato de grabación que fue encontrado por la policía, comunica France Press.
Según la agencia, el aficionado a las carreras rápidas adquirió una cámara de vídeo en enero especialmente para grabar sus 'hazañas motorísticas'. Antes de emprender la carrera de velocidad en una autovía que une dos pueblos al suroeste de Francia, fijó la cámara en la moto de forma que pudiese grabar tanto el camino, como el indicador de velocidad. Al llegar a su destino final, la ciudad de Montauban (departamento de Tarn-et-Garonne), se dio cuenta de que la cámara había desaparecido.
Posteriormente cuando el dueño del ‘caballo de hierro’ decidió ir en busca de su cámara perdida, se llevó una desagradable sorpresa al conocer que los gendarmes franceses habían sido más rápidos, en encontrar la prueba material.
Por supuesto que le llamaron para que se presentara en la Gendarmería, ya que gracias al vídeo se pudo registrar 65 infracciones, incluido el exceso de velocidad superior a 97 kilómetros por hora.
Como resultado, el motociclista se presentará ante el Tribunal que puede multarle con 1.500 euros y quitarle el permiso de conducir por seis meses. Mientras tanto los abogados del acusado ponen en la picota pública a los gendarmes alegando que no tenían ningún derecho a inmiscuirse en la vida privada de su cliente viendo la grabación. Además, según el abogado, ni el cuentakilómetros ni la cámara, pueden certificar el exceso de velocidad.
El tribunal de policía de Montauban dictará su veredicto sobre este controvertido caso el próximo 7 de julio.