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Armas secretas de Japón durante la Segunda Guerra Mundial

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Usualmente, a la hora de recordar el desarrollo de algunas de las armas más innovadoras y conceptuales de la Segunda Guerra Mundial, surge el ejemplo de Estados occidentales. Pero cuando se trata de tecnologías militares experimentales, Japón no ha carecido de ideas.

Los japoneses desarrollaron decenas de armas altamente conceptuales durante la guerra, incluyendo algunas que fueron experimentadas en el campo de batalla.

El portal informativo io9 recogió algunos proyectos 'innovadores' de los ingenieros japoneses, desarrollados durante la Segunda Guerra Mundial.

Bombas Fu-Go lanzadas desde un globo


Como los nazis estaban lanzando misiles V2 sobre el Canal Inglés, los japoneses fueron modelando sus propias 'armas de venganza'. A los planificadores militares, incapaces de desarrollar un misil intercontinental, se les ocurrió la idea de lanzar bombas desde un… globo.

Para evitar los ataques de aviones de caza, un experto meteorólogo propuso utilizar las corrientes de viento sobre el Océano Pacífico, que iban desde Japón a la costa de Estados Unidos, por encima de los 10.000 y 12.000 metros de altura y que soplaban entre los 150 y 300 kilómetros por hora. Dicha tarea debía realizarse soltando un globo aerostático cargado de bombas incendiarias y mantenerlo estabilizado, para que los artefactos pudiesen viajar hasta los Estados Unidos y estallar allí. Bajo tal principio nacieron los 'Globos Fugo'.

La intención era que los dispositivos estallasen sobre las regiones boscosas del noroeste del Pacífico para provocar grandes incendios forestales y otras destrucciones. 

Los ataques masivos de 'Globos Fugo' se iniciaron en noviembre de 1944, con el lanzamiento de 50 unidades (más tarde la cifra se iría incrementando hasta lanzarse 100 globos diarios). Muchos de ellos se perdieron en el camino, cayendo en el agua, derribados por aviones o dispersados en la atmósfera por las corrientes de aire. 
Explosiones e incendios graves se registraron en California, Nevada, Oregón, Michigan, Montana, Alaska, Washington Oeste y las Islas Aleutianas.

Entre estos incidentes, uno de los más famosos ocurrió cuando un globo se enredó en los cables de alta tensión eléctrica de una fábrica de uranio, lo que causó terror y psicosis al pensar los científicos que el secreto nuclear del 'Proyecto Manhattan' había sido descubierto por los nipones.

'Megasubmarinos' clase 'Sen Toku'

Los japoneses lograron construir tres de estos gigantes, considerados los mayores submarinos convencionales jamás construidos. El proyecto era parte del plan japonés para dominar el Océano Pacífico, incluyendo la costa occidental de los Estados Unidos. Su objetivo era incluso atacar el Canal de Panamá.

Los submarinos portaban tres aviones Aichi M6A1, lanzados por catapulta y dotados de torpedo o de hasta 800 kg de bombas. Se alojaron en un hangar hermético resistente a presión.

Incluso contó con un snorkel de inspiración alemana, que fue recubierta con una sustancia espesa y gomosa, diseñado para absorber las señales de radar y sonar. La guerra terminó antes de que los japoneses pudieran usarlos en combate.

La Unidad 731 de desarrollo de armas biológicas

Desde 1937 y hasta el final de la guerra, los japoneses experimentaron con varias armas biológicas, incluyendo la bomba tóxica de defoliación (un precursor del agente naranja) y la bomba de pulgas utilizadas para difundir la peste bubónica. La tristemente célebre Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés practicaba ensayos en seres humanos con peste bubónica, el cólera, la viruela, el botulismo y otras enfermedades.

Según Sheldon H. Harris, historiador de la Universidad Estatal de California, en Northridge, más de 200.000 chinos y personas de otras nacionalidades fueron asesinados durante estos experimentos.

Vale la pena señalar que a los comandantes de la Unidad 731 se les concedió inmunidad procesal a cambio de compartir los secretos de guerra biológica con el ejército estadounidense.

Caza-interceptor Mitsubishi J8M 'Shushi' propulsado por cohete

Si alguien piensa que se trata de algo similar al Messerschmitt Me 163, tiene razón. El J8M1 se suponía que era una copia del avanzado avión nazi, construido bajo licencia, pero los alemanes no pudieron enviar una versión funcional a Japón (un submarino alemán con un avión prototipo fue hundido camino a Japón).

En lugar de ello, los diseñadores japoneses tuvieron que realizar ingeniería inversa de este avanzado avión a partir de un manual de operaciones de vuelo y planos técnicos limitados. Un solo prototipo fue probado antes del final de la guerra. El 7 de julio de 1945, el J8M realizó su primer y último vuelo, breve y desastroso. El J8M1 despegó con éxito pero por una falla del motor durante una de las maniobras de acrobacia aérea, la aeronave se estrelló, matando al piloto de pruebas.


Tanques superpesados O-I

Los japoneses no suelen ser recordados en relación con sus tanques, pero al final de la guerra lanzaron un proyecto ambicioso, si no loco, de un tanque ultrapesado para su uso en el teatro de operaciones del Pacífico.

Estas bestias hubieran sido absolutamente enormes, capaces de transportar a una tripulación de 11 personas en un cuerpo de 100 a 120 toneladas de peso. El tanque estaba provisto de tres torretas, un cañón de gran calibre y dos cañones más pequeños.

Según un informe, aunque no confirmado, uno de estos tanques fue enviado a Manchuria, pero la mención sobre esto no aparece en archivos militares soviéticos. El prototipo experimental de un tanque más avanzado habría dispuesto de cuatro torretas.

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