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Buque Isla Palma: ¡mujer al timón!

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Inaugurado y abanderado hace una década en el Puerto de Buenaventura, un compacto buque militar colombiano el ARC Isla Palma, este año se convirtió en el primero en la historia de ese país en ser timoneado por una mujer. La joven teniente de fragata Raquel Elena Romero Quintero ya dispone de una
Buque Isla Palma: ¡mujer al timón!

Inaugurado y abanderado hace una década en el Puerto de Buenaventura, un compacto buque militar colombiano el ARC Isla Palma, este año se convirtió en el primero en la historia de ese país en ser timoneado por una mujer. La joven teniente de fragata Raquel Elena Romero Quintero ya dispone de una experiencia maravillosa de tres meses al mando después de que asumiera la comandancia del navío.

Conforme a como enfatizan en la Dirección General Marítima (DIMAR), el buque —construido por el Astillero Naval ARC Bolívar— es ciento por ciento colombiano. No es tan bélico como uno se puede imaginar. Surca las aguas del Océano Pacífico y efectúa operaciones de fondeo y mantenimiento de boyas y faros en el litoral, facilitando los operativos marítimos y comerciales de naves nacionales y extranjeras.

Sin embargo, es un buque de guerra, con estatuto militar, y tales palabras poco se han asociado a la condición de la mujer colombiana. En la Marina de Colombia ya nadie piensa que las mujeres a bordo traen mala suerte.

Raquel Elena lleva la pasión por el mar en la sangre. Con menos de 30 años de edad, pero con más de 10 al servicio en la Marina, dice que desde su infancia estuvo inmersa en la vida del mar. Fue su padre, un suboficial de DIMAR, quien despertó en ella tal inquietud, enseñándole fotografías de los buques en los que navegaba.

“Me acuerdo —cuenta— cuando estaba en el bachillerato y una profesora nos llamó para preguntarnos cómo nos veíamos en 10 años; yo le dije que quería ser oficial naval y que iba a estar en un buque. La profesora no sabía cómo reaccionar. ¿Eso no es de hombres? —me preguntaba. Yo le dije que lo iba a ser. ¡Así pasó!”

Hace tiempo atrás ella formó parte de un grupo reducido de mujeres que ingresaron a la Escuela Naval Almirante Padilla como cadetes de línea; ahora es una de las seis que aún continúan en la Armada.

“Saber que fui la primera mujer comandante era una experiencia única”, confiesa Raquel. “Me preocupaba la responsabilidad, no estaba asustada porque la experiencia me daba fundamento.”

Asimismo, el nombramiento resultó ser una experiencia única para la tripulación que actualmente cuenta con 10 personas. El primer oficial del buque, Anderson Banegas, considera que no fue el género, sino las capacidades profesionales, las que jugaron a favor de la teniente Raquel Romero. “Uno puede hacer grandes cosas si tiene el conocimiento. Uno puede conseguir todo lo que se propone, el machismo no entra en esa categoría”, señaló Banegas.

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