Guardacostas griegos vs. inmigrantes
Las aguas de Grecia y la costa helénica vienen afrontando un influjo de inmigrantes ilegales de Turquía y otros países y es trabajo de una agencia de la Unión Europea detenerlos, lo que causa críticas y protestas por parte de activistas defensores de los derechos de los inmigrantes.
La agencia FRONTEX vigila la frontera marítima y las costas griegas, donde la zona más problemática es la isla de Samos.
“Samos se ubica muy cerca de Turquía. Por eso nos encontramos con tantos inmigrantes ilegales. La distancia entre los puntos más cercanos de Samos y Turquía es de tan sólo 6 millas marinas”, relata Partsafas Stillianos, jefe del puerto de Samos.
Los emigrantes turcos, y además muchos refugiados de países desgarrados por conflictos, como Somalia o Afganistán, intentan llegar a Grecia en busca de una mejor vida. Pero los pocos de ellos que lo consiguen, sólo enfrentan nuevas desgracias.
“Se quedan sin hogar y Grecia los recluye en cárceles, en centros de detención, que se pueden encontrar en cada isla, en cada ciudad. Estos sitios son numerosos y están en muy malas condiciones”, se queja Nasim Mohammadi, del servicio de atención para inmigrantes y refugiados.
Un preciso radar controla la isla de Samos para detectar a inmigrantes cruzando la frontera. Y una vez localizados, los transgresores de las leyes de inmigración no logran huir.
Muchos críticos y activistas acusan a los empleados de FRONTEX de causar la muerte de inmigrantes, de destruir los botes de goma, empujarlos a las aguas jurisdiccionales de Turquía e incluso de ahogarlos.
“FRONTEX es un mecanismo bélico de la Unión Europea para proteger las fronteras y nada más. Poseen naves, aviones, helicópteros… pueden disparar y matar. Usan técnicas y tácticas de guerra contra refugiados”, sostiene Mohammadi.
Desde FRONTEX se afirma que sucede lo contrario. Los propios guarda fronteras afirman que en buena parte de los casos, ellos se ven obligados a rescatar a los inmigrantes ilegales, que van en lanchas hinchables abarrotadas hasta por 60 personas cada una.
“Navegan en botes de goma, que se hunden muy a menudo. Entonces tenemos que rescatarlos”, explicó el comandante Stelios, de la guardia de la costa helénica.
Sin embargo, a pesar de estas disputas, ha aumentado el número de operaciones especiales de FRONTEX, y además, disminuyó la cantidad de gente que cruza las fronteras de la Unión Europea ilegalmente.