Video, Fotos: La terrible realidad de las cárceles de Brasil gobernadas por los presos
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha denunciado en un reciente informe, titulado 'El Estado permitió que reinara el mal: la crisis penitenciaria en el Estado brasileño de Pernambuco', el "desastre en materia de derechos humanos" de las prisiones del territorio, informa 'The Daily Mail'.
El informe ha dejado al descubierto que las autoridades carcelarias de Pernambuco, donde hay un guardia para cada 31 reclusos, han abandonado cualquier intención de imponer el orden al ceder el control de los centros a los llamados 'chaveiros' ('llaveros'), reclusos condenados por los delitos más graves por su capacidad para infundir respeto entre los compañeros. Estos adoptan la función de carceleros en los pabellones interiores y las celdas.
"Nos encontramos con que las autoridades penitenciarias seleccionan a ciertos presos para mantener el control sobre un pabellón. Esa persona tiene, literalmente, las llaves. No hay guardias en el interior. Es su propio feudo", cuenta César Muñoz, de HRW.
Los 'chaveiros' que, a diferencia del resto de reclusos, viven en amplias habitaciones privadas con sus propios televisores, ventiladores y baños, comercian con drogas y con los espacios para dormir, muy cotizados debido al tremendo problema de hacinamiento que existe. Pernambuco cuenta con espacio para alojar a 10.500 presos, pero en agosto de este año tenía más del triple de esa cantidad, según las cifras oficiales.
Además, estas figuras dirigen una especie de milicias de presos que extorsionan a aquellos que se resisten a pagar un impuesto semanal, pudiendo llegar incluso a orquestar asesinatos por venganza en el exterior de los centros.
Las condiciones de higiene en el centro son precarias y el hacinamiento ha colaborado a que la tuberculosis sea 100 veces más frecuente entre los reos de Pernambuco que entre la población general. Los incidentes de violaciones en grupo están a la oden del día. La tasa de infección por VIH es 42 veces mayor que en el resto del mundo.
