Ingenieros aficionados daneses construyeron un vehículo espacial
La historia humana conoce varios episodios en los que, a través de experimentos raros, misteriosos o simplemente incomprensibles para el común de la gente, unos estudiosos entusiastas contribuyen considerablemente al desarrollo de la ciencia mundial. Recientemente, un grupo de admiradores de vuelos cósmicos de Dinamarca demostró que la tradición sigue viva aún en el siglo XXI, cuando prepararon un cohete espacial que, según ellos, podrá llevar al hombre fuera de nuestro planeta.
La iniciativa se llama Copenhagen Suborbitals. Encabezada por Kristian von Bengtson y Peter Madsen, no goza del ningún apoyo del estado. Según el sitio web, para llevar a cabo las misiones y pruebas programadas para 2010, se utilizaron unos 50.000 dólares, que fueron financiados únicamente por las donaciones patrocinadores y el público en general.
El objetivo del proyecto sería elaborar una serie de vehículos espaciales suborbitales, que faciliten los vuelos en naves de tamaño reducido.
Actualmente, el cohete portador HEAT (en inglés Hybrid Exo Atmospheric Transporter), diseñado para llevar a trayectoria suborbital la peculiar nave espacial, ya está testeado. Llamada por sus creadores Tycho Brahe, en honor al famoso astrónomo danés del Renacimiento, ésta permite al astronauta operar únicamente con las manos y transportarse en posición vertical o semisentado, disfrutando de las vistas a través de una ventanilla de acrílico.
Los diseñadores esperan mejorar la construcción de la silla después de pruebas adicionales. También en el cápsulo que por su forma de tubo parece un cohete, hay espacio adicional que alberga sistemas de control y manejo, así como cargos adicionales.
El lanzamiento de HEAT1X — TYCHO BRAHE está programado para el 31 de agosto. Desde luego, en vez del piloto volará al espacio un dispositivo de pruebas antropomórfico, o sea, un maniquí, que, segun el sitio web del proyecto, tambien forma parte del equipo. El despegue del cohete que mide unos 9 metros y utiliza oxígeno líquido como combustible, con el modulo para piloto ensamblado, será efectuado en el mar Báltico cerca de la costa de Dinamarca, desde una plataforma también construída por los mismos inventores aficionados.
El programa del vuelo de la prueba consiste en llevar la carga útil a la órbita. El cohete acelerará el módulo con el piloto adentro hasta conseguir la velocidad necesaria. Al alcanzar la altura suborbital de 150 kilómetros el aparato iniciará el descenso. El aterrizaje se llavara a cabo con la ayuda de paracaidas especialmente elaborados.
Si al grupo de los aficionados daneses les sale todo bien, incluso podría entrar en aquel club espacial internacional, hasta la fecha integrado por tales potencias como la Unión Soviética, EE.UU. y China, que han logrado enviar a un hombre al espacio.