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El papel 'soviético' de Sean Connery

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Sir Sean Connery cumple 80 años. El destacado actor dio vida en la pantalla a un hombre irónico y sabio que sabe el precio real de la vida y de la muerte. En este caso no se trata de James Bond, cuyas aventuras se recuerdan como la asociación más tradicional con Connery. De hecho, después de seis
El papel 'soviético' de Sean Connery

Sir Sean Connery cumple 80 años. El destacado actor dio vida en la pantalla a un hombre irónico y sabio que sabe el precio real de la vida y de la muerte. En este caso no se trata de James Bond, cuyas aventuras se recuerdan como la asociación más tradicional con Connery. De hecho, después de seis películas  interpretando a ese personaje (1962-1971), participó en la soviética ‘La Tienda Roja’, obra de Mijaíl Kalatózov (1971) donde interpretó el papel del legendario viajero polar e investigador Roald Amundsen.

Esta fue una de las primeras grandes películas de co-producción extranjera con la participación del productor Franco Cristaldi (conocido por ‘Divorcio a la italiana’, obra de Pietro Germi) y los actores Claudia Cardinale, Sean Connery, Hardy Kruger y Peter Finch. La música la compusieron el compositor ruso Alexánder Zatsepin y Ennio Morrikone para la versión rusa y extranjera de la cinta.

‘La Tienda Roja’, obra de Mijail Kalatózov, está basada en un hecho real. El comandante Humberto Nóbile condujo su dirigible, bautizado con el nombre de su patria, 'Italia', hacia el Polo Norte en el año 1928. La expedición fracasó en el camino de vuelta al lado del archipiélago Svalbard (anteriormente Spitsberg, nombre que tomaba por el de la isla mayor). En condiciones extremas de frío, no todos sobrevivieron. Seis miembros de la tripulación desaparicieron de inmediato cuando el globo del dirigible les llevó consigo al cielo tras haberse separado de parte de la cabina. Los supervivientes lograron salvar un poco de comida, aparatos y una tienda que pintaron de color rojo para que les pudieran encontrar con más facilidad. Tres miembros del equipo decidieron ir hasta Spisberg a pie y dejaron el campo. Se salvaron únicamente dos de ellos, mientras que el tercero, Malogren, murió. Para salvar el equipaje de aquel dirigible organizaron muchas expediciones de Italia, Noruega y la URSS. El aviador de Suecia Einar Lundborg logró aterrizar en un bloque de hielo y tenía sólo espacio para una persona. Insistió en que fuera Nóbile quien se marchara con él para dirigir toda la expedición de rescate. Sin embargo, a los restantes miembros de la tripulación los consiguió salvar el rompehielos soviético ‘Krasin’. En total, los hombres de Nóbile pasaron 48 días en la nieve y el hielo después del momento del accidente.

En la película se muestran los recuerdos sobre aquellos hechos de un envejecido comandante Nóbile que pide a los fantasmas de sus compañeros de aquella misión que juzguen si hizo lo correcto o no dejándoles. Se reúnen todos los participantes de aquella expedición y rememoran cada minuto pasado, pero cada uno sigue manteniendo su opinión. Esta audiencia la encabeza Roald Amundsen, interpretado pos Sean Connery. Según la historia, este conquistador de las tierra árticas y antárcticas murió durante su misión de rescate de la tripulación de Nóbile con quién trabajaba a menudo.

En un principio, estaba previsto que este papel lo interpretara otro actor. El productor Cristaldi se lo ofreció a los británicos Laurence Olivier y Paul Scofield y al americano John Wayne, pero todos se negaron con la misma excusa: “los tanques rusos en Praga” (las negociaciones se llevaban a cabo después de los acontecimientos de la llamada 'Primavera de Praga', cuando las tropas del Pacto de Varsovia, en su mayoría tanques soviéticos, invadieron Checoslovaquia y pusieron fin al proceso de apertura política en el año 1968). Cristaldi estaba a punto de desesperarse, cuando el entonces popular James Bond aceptó participar y su intervención se convirtió en todo un éxito para la película.

“El papel no es muy grande y Connery pasó unas tres semanas rodando, pero el sentido de su actuación sí es grande. Roald Amundsen pasa a través de toda la película y con su autoridad absoluta e indiscutible casi coordina el desarrollo de la cinta. Su vida y su muerte le dan derecho a valorar los pensamientos y hechos de los otros y lo hace justamente y sabiamente. El papel de Connery se convierte en fundamental durante toda la película. Crea en la pantalla una imagen viva de un hombre irónico y sabio que sabe el precio real de la vida y de la misma muerte. A veces sus frases suenan inesperadamente y casi sin apelación, a veces oprimen el corazón. Me parece que la imagen creada por Connery no deja indiferente a nadie y se recuerda por siempre”, destaca el historiador Valentín Antonov.

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