Putin quiere activar el turismo en Kamchatka

Las exclusivas riquezas naturales de las reservas de la península Kamchatka no solo admiten sino necesitan que más gente se familiarice con ellas. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, pasó un día en las costas pacíficas del Oriente Lejano ruso, lo que le permitió pensar en una serie de medidas para desarrollar el turismo ecológico en la región.

"Eso es una tarea general de Estado. Estamos fundando zonas económicas especiales para el turismo, pero no es bastante. Hay que ayudar a la gente a que llegue a sitios similares, tan preciosos. Seguro que habrá demanda; hay muchos interesados", resumió al vestirse con un traje de buceo ártico.

A comienzos de este día el jefe del poder Ejecutivo federal participó en la toma de pruebas de la piel de ballenas grises, una especie al borde de la extinción, que se realiza para definir su estado físico y detectar su pertenencia genética a una u otra población. La aparición de estas ballenas es cada día más frecuente en las aguas territoriales de Rusia, en especial, en la bahía de Olga.

Probablemente se sienten menos indefensas aquí donde no ha habido, durante años, ni un sólo precedente de caza furtiva. Además, últimamente se nota en la región el crecimiento de poblaciones locales de peces que desovan en los ríos y lagos de Kamchatka, estando también protegidos por las leyes de Rusia. Son la comida predominante para las ballenas.

Para realizar la prueba, el primer ministro sí tuvo que disparar contra una ballena con virotes de una ballesta especial. La herida en caso de impacto es mínima y la información recogida es de gran valor científico y para la protección. Ayer hubo fuerte marejada y eso casi no permitió apuntar.

"Intentábamos trabajar con tres o cuatro ballenas a la vez, pero alcanzamos sólo a una", explicó Vladímir Putin a los periodistas ya en tierra firme. "Sentí algo de exaltación por el azar: tres veces erré el blanco, pero el cuarto, acerté".

Mientras visitaba una de las dos reservas naturales de Kamchatka, la Kronotski de 9.500 kilómetros cuadrados de superficie (abarca varios volcanes, así como todos los tipos de relieve del Norte ruso), el primer ministro dialogó con los científicos que trabajan allí. Trató cuestiones de los medios de ayuda estatal y la nueva legislación para salvar otras especies raras que corren peligro de extinción.