Tigres huérfanos

Tres tigres huérfanos fueron cuidados por humanos y regresaron a su ambiente natural.

Volodia, Tatiana y Lazurina son huérfanos. Los únicos padres que conocen son los biólogos que los salvaron de una desnutrición severa y los criaron para poder dejarlos en libertad. Su nueva casa será un Parque Nacional de la zona.

Ellos siguen los pasos del primer inquilino con traje a rayas que volvió a pisar la taiga de Primorie hace un año.

"En este territorio no hay tigres, pero, al mismo tiempo, existe una población bastante grande de jabalíes, corzos y ciervos. Creo que vivir ahí será muy cómodo para los tigres", dijo el director del centro zoológico, Víctor Yudin.

La recuperación de estos tres tigrillos en un centro científico duró seis meses e incluyó lecciones de caza impartidas por maestros humanos. El objetivo principal no era domesticarlos sino que, por el contrario, inculcarles el temor al hombre.

“Cuando les daba comida, los animales mostraban interés pero yo los ahuyentaba. Poco a poco se acostumbraron y cuando yo me acercaba, se alejaban al rincón más remoto y se escondían. Empezaban a comer solo después de que me iba”, cuenta Víctor Yudin.

Les toman las últimas medidas. Son mansos solo durante la hora que permite el tranquilizante. Después, nadie podrá acercarse a las jóvenes fieras.

Ahora por fin pueden independizarse. El único recuerdo que se llevarán de los hombres son los radio collares que permitirán seguirles los pasos por el bosque.

Si los felinos consiguen librarse de los cazadores furtivos y sobrevivir a su primer invierno siberiano, hay esperanzas de que, a diferencia de los "tres tristes tigres", estos sí sean felices.