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El sistema social británico podría trastornar las prioridades de la gente

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El sistema de generosos subsidios para desempleados en el Reino Unido genera contradicciones. Por un lado, en muchos casos resulta más cómodo permanecer en casa en vez de ir al trabajo. Pero por otro, algunas personas quedan descontentas con su situación. Sandra Hague, de 39 años, es madre de 4 hi

El sistema de generosos subsidios para desempleados en el Reino Unido genera contradicciones. Por un lado, en muchos casos resulta más cómodo permanecer en casa en vez de ir al trabajo. Pero por otro, algunas personas quedan descontentas con su situación.

Sandra Hague, de 39 años, es madre de 4 hijos y nunca en su vida trabajó. Recibe más de 20 mil dólares de prestación social al año y además un subsidio de invalidez por un problema con sus piernas. Sin embargo, se queja de que le falta mucho para llevar una buena vida. Lamenta no tener ninguna ocupación. “Sólo arrastro una existencia. No puedo ir a donde quiero, y no puedo hacer nada para mis hijos, porque nunca gané ningún dinero. Sólo pago siempre por muchas cosas para mejorar su vida y nuestra casa”, dice. 

Sandra reconoce que hay personas menos capacitadas que, pese a todo, siguen trabajando. Además de sus propios niños, ella se ve obligada a cuidar al bebé de su hija, mientras ésta asiste al colegio, lo que el Estado también cubre. 

Por su parte, el gobierno intenta resolver el problema balanceando su deber de proteger a los vulnerables y no permitir que algunos se aprovechen de la asistencia social. El miembro de Parlamento Dominic Raab dice que las autoridades tratan de cambiar la situación con una política de premios y castigos: “si uno no acepta una razonable oferta laboral, será privado de algunos beneficios, viviendo a cuenta de los contribuyentes. Y si uno quiere volver al trabajo, le prestaremos apoyo e incentivos. Muchos creen que la asistencia social resulta más ventajosa que el trabajo. Pero éste es sólo un lado del sistema”, explica.

Debido a los beneficios que brinda el sistema de asistencia social, se generó un nuevo fenómeno a escala nacional. Hoy en el Reino Unido, la tasa de familias en las que ninguno de los miembros posee un empleo alcanza el 11 % de los hogares. El profesor del Instituto de Economía Philip Booth dice que la tasa de familias desocupadas en Gran Bretaña es la más alta en Europa.

No obstante, este sistema tal vez sea el más difícil de reformar. Los críticos de esta estructura social afirman que la cultura de la dependencia de subsidios pasa de generación en generación, trastornando las prioridades de miles de ciudadanos.

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