Una catástrofe sin precedentes puede golpear aún más Oriente Medio en cualquier momento

Los ingenieros iraquíes que participaron en la construcción de la presa de Mosul hace 30 años han alertado de que la construcción se hace cada vez más precaria y puede colapsar en cualquier momento. Nasrat Adamo, exingeniero jefe de la presa, ha precisado que la construcción sobreviviría solo si equipos de profesionales trabajan día y noche para rellenar los agujeros formados en el poroso fundamento bajo la estructura, informa el diario británico 'The Guardian'.

No obstante, este nivel de mantenimiendo desapareció tras la breve ocupación del Estado Islámico en agosto de 2014. "Teníamos 300 personas trabajando 24 horas en tres turnos, pero muy pocos de aquellos trabajadores han vuelto. Ahora quizás haya 30 personas allí", ha denunciado Adamo. "Las máquinas para enlechar han sido saqueadas. No hay suministro de cemento [...]. Va de mal en peor y es urgente", ha añadido el ingeniero. 

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Al mismo tiempo que el fundamento se hace más débil, la presión sobre la construcción ha venido creciendo debido a la entrada del agua del deshielo en la presa. Mientras tanto, las puertas que se utilizan para aliviar la presión han permanecido cerradas. "Una de ellas está atascada, y cuando una está cerrada, la otra también tiene que estar cerrada, ya que deben funcionar juntas", ha explicado Adamo.

"En abril y mayo se fundirá mucha más nieve llevando mucha agua a la presa. El nivel de agua está ahora a 308 metros pero subirá a 330 metros [...]. No creo que la presa aguante esta presión", ha señalado Nadhir al Ansari, otro ingeniero que trabajó en la construcción. "Nadie sabe cuándo va a fallar. Podría ser dentro de un año. Podría ser mañana", ha alertado Adamo.

"Si la presa falla, el agua llegará a Mosul en cuatro horas. Llegará a Bagdad en 45 horas. Algunos dicen que puede haber medio millón de muertos, otros dicen un millón. Creo que va a haber más dada la ausencia de un buen plan de evacuación", ha advertido al Ansari.

Asimismo, al Ansari ha calificado de "ridícula" la respuesta del Gobierno ante la amenaza, que ha pedido que la población local se aleje al menos seis kilómetros del río Tigris. "¿Qué se supone que tienen que hacer estas personas, millones de personas, cuando estén a seis kilómetros? Allí no hay apoyo para ellos, nada que les ayude a vivir", ha denunciado al Ansari.