¿Quiere Obama limpiar su imagen en América Latina?
"Argentina parece estar jugando un papel clave en el plan de Washington para un regreso al continente después de años siendo rechazados por los Gobiernos de izquierda en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil", sostiene el analista Finian Cunningham en un artículo para RT.
En la actualidad, los partidos de izquierda del continente están envueltos en problemas económicos, muchos de los cuales han sido ideados por la influencia de Washington en instituciones acreedoras internacionales, afirma el experto. Por esa razón, sostiene, "una cálida relación con Argentina da a Washington la oportunidad de pulir su imagen deteriorada".
Las palabras de Obama y su conducta durante las visitas a Cuba y Argentina de esta semana indican, evidentemente, que hay algo más en las reivindicaciones superficiales de "hacer historia", opina el experto. En este sentido, Cunningham señala que el verdadero propósito de Obama en Argentina lo divulgó 'The New York Times'.
En concreto, el diario sostiene que las conversaciones entre los mandatarios de dichos países "fueron parte de la iniciativa de Obama para demostrar sus esfuerzos en mejorar la posición de Estados Unidos en la región después de un período en el que una corriente de izquierda en América Latina proyectó a Estados Unidos como un villano en el hemisferio".
Por otra parte, en el marco de la visita del presidente estadounidense a Cuba, Obama no cedió mucho a la isla, opina Cunningham. "Obama no dio realmente nada a Cuba en términos de levantar el paralizante embargo comercial o de devolver el territorio de Guantánamo", sostiene.
Asimismo, Cunningham recuerda que Washington respaldó la junta militar argentina de la misma forma en que lo hizo con el país vecino de Chile bajo la dictadura de Pinochet, como también ocurrió en varias otras "repúblicas bananeras" de América Latina.
"El número total de muertos de la política llevada a cabo durante décadas por Washington respaldando a los dictadores y escuadrones de la muerte en América Central y América del Sur dejaría un saldo de varios millones de víctimas", reza su artículo.
Sin embargo, en vez de dar disculpas, Obama observa en Cuba transgresiones relativamente menores en medio de enormes logros de desarrollo social bajo su gobierno socialista, sostiene el experto.
Esto se yuxtapone con la realidad del genocidio respaldado por Estados Unidos en Argentina bajo una dictadura fascista, que fue apenas reconocida en gran parte de la cobertura mediática. "Esa disonancia cognitiva seguramente habla del asombroso control de la mente del público", concluye Cunningham.