Pastillas para olvidar Gaza
En medio del desempleo y la falta de materia prima, los habitantes de la Franja de Gaza acuden a una droga llamada 'pastillas de la felicidad'. El siguiente informe revela cuál es su efecto nocivo y por qué vía llega esta sustancia ilegal al territorio bloqueado por Israel.
Es el arma más moderna en la Franja de Gaza. Las llamadas 'pastillas de la felicidad' reemplazan la dura realidad por ilusiones. Cada día más habitantes de esta zona huyen de su difícil vida consumiendo esta sustancia.
Durante los últimos años, luego del comienzo del bloqueo por parte de Israel, la vida para la gente en esta región se volvió muy difícil. Según los datos oficiales, el desempleo alcanza a un 40% de la población activa. Cuatro de cada cinco habitantes de Gaza sobreviven gracias a la ayuda humanitaria. Actualmente, el Estado hebreo permite importar en la zona alimentos, agua, medicinas y combustible en cantidades limitadas para las centrales eléctricas.
Israel todavía prohíbe el ingreso de diferentes productos, así como de materiales de construcción, lo cual impide restaurar muchas casas destruidas. Al mismo tiempo, la falta de materia prima no deja reabrir las fábricas de Gaza.
Sin embargo, muchas mercancías consiguen llegar a la zona clandestinamente, a través de túneles. Por esa misma vía también llega una sustancia muy potente que se llama Tramadol, y que se comercializa mundialmente bajo la marca Tramal. Utilizada con fines médicos para tratar dolores moderados y severos, esta droga fabricada con derivados de la morfina y la heroína, es considerada en Gaza como un remedio para combatir la tristeza.
“Si no tomo la pastilla, mi vida se viene abajo. La píldora es más importante para mí que el pan que traigo a mis hijos”, confiesa un anónimo palestino adicto. Y aunque se exige una receta médica para comprarla, muchos habitantes de Gaza ven en esta sustancia el mejor medio para aliviar el bloqueo israelí.
Así la droga se hace cada vez más popular. Ahora es muy fácil conseguirla en el mercado negro, donde un sobre de ocho pastillas cuesta diez dólares aproximadamente. Lo que más preocupa al gobierno es que el nivel de dependencia de muchas personas ya está por las nubes.
Nos informó el teniente coronel de la policía local, Iyad al Haurani: “Entre los efectos que se esconden detrás de la rápida propagación de esta droga, hay uno que la gente no se atreve a mencionar. Es el efecto sexual. Todo empieza con una píldora, y después se pasa a consumirlas en grandes cantidades.”
Últimamente se han incautado unos dos millones de pastillas para su incineración. Pero es muy difícil impedir el acceso de esta droga a la zona. Así, a muchos en la Franja de Gaza, les queda solamente sonreír consumiendo la llamada 'pastilla de la felicidad'.