El Partido Laborista de Australia retiene el poder
Julia Gillard consiguió hoy retener el poder para formar un gobierno de minoría (el primero en 67 años) con el apoyo dado a su Partido Laborista por los legisladores independientes Tony Windsor y Rob Oakeshott. Con esto se acabaron las dos semanas de incertidumbre, luego de que las elecciones nacionales del 21 de agosto pasado terminaron sin ofrecer un ganador claro, pues la diferencia de votos entre ambos candidatos fue mínima (un voto).
La decisión de apoyar a los laboristas, anunciada el 6 de septiembre por Windsor y Oakeshott, le dio a Gillard el control con 76 escaños de los 150 que hay en la Cámara de Representantes y evita la necesidad de otra ronda electoral.
Gillard le retribuirá el favor a los dos legisladores cumpliendo la promesa de destinar nueve millones de dólares para nuevas inversiones en escuelas rurales y hospitales. También le ofreció a Oakeshott un puesto en el gabinete, que este aún no ha confirmado si aceptará. Windsor dijo que no quería un trabajo en el gobierno.
Gillard ocupó el cargo de primera ministra interina de Australia en junio pasado, luego de que Kevin Rudd dejó en ese mismo mes el cargo de líder del Partido Laborista (y como consecuencia el de primer ministro de Australia). De esa manera se convirtió en la primera mujer en desempeñar el puesto.
La nueva jefa de Estado prometió que su mandato será estable durante los próximos tres años, a pesar de que la deserción de un solo legislador acabaría con su endeble dominio.
"El laborismo está dispuesto a ofrecer un gobierno estable, eficaz y seguro durante los próximos tres años", dijo a los periodistas.
La primera ministra jurará su cargo ante la gobernadora general, Quentin Bryce, aunque la nueva legislatura comenzará una vez que la Comisión Electoral confirme el resultado de las elecciones, lo que se prevé será antes del 27 de octubre, que es la fecha límite.