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¿Qué nos cuentan sobre el gabinete británico las peleas de gatos de Downing Street?

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Los informes de la vida de los gatos de las oficinas del Gobierno han pasado de ser una simpática curiosidad mediática a baremo de las relaciones públicas entre entes oficiales.

Tal vez porque personifican las rivalidades dentro de la clase dominante del Reino Unido, o porque ofrecen una pausa en las charlas sin fin sobre el Brexit, o simplemente porque son bonitos, los gatos de diversas oficinas políticas británicas llevan semanas llamando la atención de los medios del Reino Unido.

Son cosa del pasado los días inocentes en que una mascota en un rincón de la foto oficial de un jefe de Estado simplemente mostraba el aspecto más humano de su propietario.

La actual generación de gatos políticos sirve de combustible para los medios sociales, y sus perfiles, con decenas de miles de seguidores, se actualizan diariamente.

El título oficial del jefe cazador de ratones de diversas oficinas y residencias ubicadas en el Downing Street de Londres ha existido por lo menos desde el siglo XVI, pero el primer gato realmente célebre fue Wilberforce, que sirvió durante 16 años, desde el primer ministro Ted Heath hasta Margaret Thatcher, y era bueno tanto en su ocupación principal como posando.

Su sucesor, Humphrey, también era un favorito de los tabloides, pero presuntamente fue expulsado por Cherie Blair (la esposa de Tony Blair) en 1997. Para desmentir los rumores, Blair incluso organizó una sesión de fotos con Humphrey, pero fue demasiado tarde, ya que ya se había granjeado la reputación de persona antipática.

Pese a los esfuerzos del gabinete de Gordon Brown para reanudar la tradición 'contratando' a la gata Sybil, fue otro felino, Larry, el que marcó el regreso del cazador principal como activo mediático en 2011.

Larry, que ahora tiene nueve años, fue presentado por los medios como un temible cazador, pero tardó un año en capturar su primer ratón. Desde entonces las historias mediáticas se centraron en su pereza e inclinación a pasar más tiempo con el sexo opuesto que persiguiendo roedores.

Durante el mandato de David Cameron, se creía que al primer ministro y a su esposa no les gustaba el felino, al que presuntamente expulsaron de casa y llamaban "ello".

Sin embargo, al asumir un papel cada vez más trágico en los días siguientes al Brexit, Cameron se fotografió con Larry en su regazo para mostrar su afecto hacia el animal.

Fue entonces cuando empezó a llamar la atención la previamente desapercibida rivalidad con Palmerston, un gato más joven de la residencia del ministro de Exteriores, vecina al número 10 de Downing Street.

Palmerston fue el primero en dar la bienvenida a Boris Johnson, quien ha pasado a encabezar la Cancillería después de que Theresa May se convirtiera en primera ministra.

Desde entonces, los dos gatos han estado implicados en constantes manifestaciones de agresión y peleas por el territorio.

Los informes están acompañados de numerosas pruebas visuales, incluida una foto de Larry cojeando, al que luego examinó un veterinario.

Palmerston también sufrió una serie de lesiones de guerra, como la falta de un mechón de pelo, además de un humillante incidente de expulsión de la residencia de la primera ministra.

En medio de la rivalidad entre los dos gatos, protegidos por oficinas enteras de cariñosos empleados públicos, ha aparecido la noticia de que el ministro del Tesoro, cuya residencia se encuentra en el número 11 de Downing Street, también ha adquirido un cazador de ratones oficial, Gladstone, que ha escogido Instagram como plataforma para sus relaciones públicas.

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