Continúan las polémicas acerca de la Ley de Nacionalización en Israel

En Israel no ceden las protestas por la polémica Ley de Nacionalización, iniciativa del Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman. La Ley exige a los aspirantes de ciudadanía israelí que juren lealtad al 'Estado judío'.

Según los oponentes del texto, se trata de una ley "discriminatoria" hacia los árabes que residen en el país. Uno de los residentes de orígen árabe, Samir Moussa Riwadi, comenta: “soy musulmán y no puedo jurar lealtad al Estado judío. Si lo hiciera, sólo me quedaría añadir: muchas gracias por la ocupación”.

Mordechai Kedar, del centro de estudios estratégicos BESA, comunica: “si quieren que hagamos concesiones en nombre de la paz, que hagamos sacrificios en nombre de la paz, deben empezar a considerarnos un Estado legítimo”.

Mientras tanto, el Gobierno israelí ha tomado muy en serio la propuesta de Lieberman: ha sido aprobada con 22 votos a favor y 8 en contra. El profesor Efraim Inbar, catedrático del Centro de Estudios Estratégicos BESA, opina que “esta decisión se ha tomado para asegurar la presencia del Partido de Lieberman, un componente importante de la coalición, en el Gobierno”.

Acentúa que ahora, cuando las autoridades se encuentran bajo la presión de los EE. UU., que exigen la congelación de la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania, necesitan más que nunca el apoyo del Partido de Lieberman. Jerusalén ya ha anunciado los planes preliminares para edificar 238 nuevas casas para colonos.