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Las historias americanas y antiimperialistas de un ilustrador soviético

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Cómo un pintor podía ilustrar los libros sobre las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn que se desarrollan en un país que nunca pudo ver desde más allá del telón de acero y qué pinturas acompañaban la niñez de los jóvenes soviéticos es algo que ya se puede conocer y contemplar en la exposició
Las historias americanas y antiimperialistas de un ilustrador soviético

Cómo un pintor podía ilustrar los libros sobre las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn que se desarrollan en un país que nunca pudo ver desde más allá del telón de acero y qué pinturas acompañaban la niñez de los jóvenes soviéticos es algo que ya se puede conocer y contemplar en la exposición que se abre hoy en la Academia de Artes de Moscú. En el año del centenario del nacimiento del famoso pintor ruso Vitali Goriáev le dedican una exposición con sus obras para los libros de Nikolai Gógol y Fiódor Dostoievski, Theodore Dreiser, John Galsworthy y Mark Twain, así como para los versos de Ágnia Bartó y Samuil Marshak para niños, muy admirados durante varias generaciones en Rusia.

Sus obras están reconocidas como clásicos de la ilustración de libros y supusieron numerosos premios para su autor. Ahora sus pinturas se conservan en la Galería Tretiakov, el Museo Ruso, el Museo Estatal de Arte Figurativo Púshkin y en decenas de museos más.



Pero en un principio Vitali ni siquiera tenía planeado convertirse en ilustrador, ya que esta era tan sólo su afición, al igual que actuar en el circo, por ello se matriculó en la Universidad de Moscú para convertirse en ingeniero. También escribía versos y de no habérselos mostrado al famoso Vladímir Mayakovski, puede que nunca se hubiera convertido en pintor. Los versos no le gustaron al poeta vanguardista, le pareció que por ese camino Vitali no tenía futuro, mientras que unas ilustraciones en los márgenes del cuaderno le cautivaron de tal modo que hizo todo lo posible por ayudarle a ingresar en el Instituto Técnico de Artes.

En un año Goriáev se traslada al Instituo Poligráfico sintiendo su vocación de ilustrador. La fama llegó con sus pinturas en la revista humorística ‘Cocodrilo’ y su sátira del frente de la Gran Guerra Patria (1941-1945).


En los 50 su trabajo principal fue la ilustración de los libros de los clásicos rusos del siglo XIX. ‘Almas Muertas’ de Nikolai Gógol, ‘Crimen y Castigo’ y ‘El Idiota’ de Fiódor Dostoyevski, poemas de Alexandr Pushkin… le llevó unos 30 años realizar este gran proyecto.

Junto con todo esto, dedicó también gran parte de su trabajo a los niños. Comenzó a ilustrar las aventuras de Tom Sawyer 'a ciegas': pintaba un país que nunca vio, ya que su primer viaje al Nuevo Mundo lo realizó sólo a finales de los 50 para, como contó él mismo, ver el río Mississippi. Después destacaba que sus planteamientos pictóricos y la realidad coincidían.

Los propios estadounidenses destacaban que Goriáev se parecía hasta tal punto al escritor Ernest Hemingway que lo confundían con él. Al saber quién era quisieron organizar una entrevista entre el genial novelista y el pintor, pero el primero murió antes.

En el año 1964 se publicó el cuento de la poetisa rusa Ágnia Bartó ‘El Chico Negro’ con ilustraciones de Goriáev. El libro trata sobre el deseo del pequeño Tom, que vivía en un Estado sureño de EE. UU. y ansiaba aprender en el colegio. Un profesor blanco le invitó a la escuela, pero tanto los otros niños, como los padres blancos estaban en contra de esta decisión. La autora convoca al lector a huir de ese país y manda un mensaje de solidaridad con Tom.

En las ilustraciones de arriba puede leerse que vive un chico en la ciudad y era tan negro que no se lo podría encontrar en un rincón oscuro, ya que sólo revela su presencia al sonreir con dientes blancos. Está con sus hermanitos, canta canciones, sueña con estudiar en el colegio y subir por el camino de la luna hacia ella…

Cinco años después aparece el libro ‘Los Tres Gordos’, obra de Yúri Olesha, ilustrado por Goriáev. El cuento de 1924 trata sobre la revolución lanzada por los pobres encabezados por el armero Prospero y el gimnasta Tibul contra los ricos ('los gordos') en un país inventado. Este país está gobernado por tres gordos, los monopolistas en la producción y venta de pan, cola y hierro.

En nuestra galería fotográfica pueden encontrar más ilustraciones realizadas por Vitali Goriáev.

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