Costa de Marfil está al borde del genocidio
El recién designado nuevo embajador de Costa de Marfil en la ONU, Yussufu Bamba, ha advertido de que los disturbios que empezaron tras las elecciones presidenciales pueden transformarse en una hecatombe y genocidio.
Bamba explicó que desde que se había establecido la dualidad de poderes, en Cosa de Marfil se están violando generalizadamente los derechos humanos. El embajador se mostró preocupado sobre todo por las vidas de aquellos ciudadanos que tienen símbolos de distintas tribus en sus viviendas.
Bamba fue designado embajador de Costa de Marfil por Alassane Ouattara, el presidente reconocido por la ONU y la Unión Africana (UA). El anterior jefe de Estado, Laurent Gbagbo, sin embargo, se niega a entregar el poder a su adversario.
El conflicto entre los candidatos ha provocado violentos disturbios en el país con numerosas víctimas. Según los datos de la ONU, en los enfrentamientos han fallecido más de 170 personas.
En estas condiciones el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió de que los cascos azules presentes en este país africano protegerán el poder de Ouattara si la crisis se transforma en un conflicto armado.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia se ha mostrado opuesto a la iniciativa de Naciones Unidas. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU no debe intervenir en asuntos internos de los países.
Antes, el autoproclamado presidente Gbagbo había señalado que las Fuerzas de Paz de la ONU debían abandonar el país por haber finalizado su misión. Sin embargo, el Consejo de Seguridad prorrogó la presencia de los cascos azules en Costa de Marfil hasta el 30 de junio de 2011.