¿Cuántos mexicanos quieren tener armas?

Donde las autoridades son incapaces de proteger a sus ciudadanos, es lógico que la gente decida cuidarse por sí misma. Pero ese deseo no es tan fácil de cumplir en México: allí, recibir el permiso para portar armas plantea ciertos obstáculos.

En México hay 2,3 millones de armas legales, y cada año se permite la venta de hasta 45.000 armas nuevas. En los últimos cuatro años, se ha incrementado en un 40% el número de empresas de seguridad registradas que solicitan adquirir pistolas o rifles. Además, cerca de 6.000 personas solicitan el permiso anualmente.

Uno de los argumentos es que “han sido víctimas de secuestro o atentados, pero la causa principal de la solicitud es su circunstancia laboral: argumentan que tienen que andar viajando y llevan muchas veces valores, porque pagan nóminas, trasladan mercancías y creen que en el camino pueden ser víctimas de la delincuencia”, explicó Téllez Moreno, jefe de la Sección de Licencias del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos, citado por el diario capitalino 'Excélsior'.

Pese a que la demanda de armas es tan alta, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sólo aprueba alrededor de 200 permisos.

Téllez Moreno señaló que las estadísticas revelan que solo el 2% de las personas que llegan a adquirir legalmente un arma de fuego las utiliza con fines de defensa. Sin embargo, consideró que por falta de entrenamiento y adiestramiento, éstas pueden llegar a constituir un riesgo, sobre todo para los niños y los jóvenes.

Aunque la Constitución mexicana autoriza la posesión legal de un arma de fuego en una casa para la autodefensa y la protección del domicilio, no es sencillo obtener una de forma legal.

Primero, hay que acreditar plenamente la identidad legal y física del solicitante, que debe demostrar que tiene un modo honesto de vivir. Se necesita una muy buena justificación para su adquisición, porque además se exige demostrar condiciones óptimas de salud mental y nunca haber consumido drogas.

Entre tanto, las corporaciones policíacas comenzaron, hace cuatro años, a renovar sus arsenales. Del total de armas que se comercializa cada año, estos institutos adquieren 25.000, lo que no puede resolver el problema de la violencia en un país desgarrado por las guerras de cárteles de droga. Éstas ya se han cobrado la vida de más de 30.000 personas desde que el presidente Felipe Calderón asumió su cargo en 2006.