Georgia al borde de la quiebra por su deuda externa
La deuda externa de Georgia se ha duplicado en los últimos tres años y la economía del país muy pronto podría estar al borde de la insolvencia. Mientras, la ayuda económica que recibe del extranjero nunca llega a su destinatario, al pueblo georgiano.
Con una deuda externa, que crece como una bola de nieve, Georgia podría encontrarse al borde de la quiebra para el 2013, año en que termina el mandato presidencial de Mijaíl Saakashvili.
"El monto del débito se ha duplicado en los últimos tres años. Existe una norma internacional que estipula que si el total de la deuda exterior de un país alcanza el 60% del Producto Interior Bruto, éste será considerado insolvente. Ahora ya hemos superado el 40%. Si Georgia continúa así, es muy posible que lleguemos a esa situación", destacó Merab Dzaniashvili, presidente de la Asociación de Jóvenes Financieros y Empresarios.
La amortización se ha convertido en una pesada carga para el presupuesto nacional. Sin embargo, las grandes cantidades de dinero prestadas al Gobierno georgiano no se reflejan en las condiciones de vida de la población.
"El presupuesto para el sistema de salud pública no aumentó, se quedó en el mismo nivel. Lo mismo pasó con el gasto educativo. Las jubilaciones, a pesar de las promesas, tampoco se incrementaron", señaló Zurab Nogaideli, ex primer ministro y ex ministro de Finanzas.
Las exportaciones de vino son casi la única fuente estable de ingresos nacionales y la falta de inversiones en áreas estratégicas, hacen poco probable que Georgia pueda pagar todo lo que debe.
"Creemos que será muy difícil pagar esa cantidad de dinero tan grande, y tal vez el país tendrá que refinanciar la deuda. Es decir, tendremos que pedir más créditos a las organizaciones internacionales y países amigos", resumió David Narmania, doctor en Economía, profesor de la Universidad Estatal de Tbilisi.
Pero ¿qué se hizo con los préstamos anteriores?, que según el propio Ministerio de Finanzas georgiano equivalían a 3.500 millones de dólares.
La respuesta puede encontrarse en los controvertidos proyectos arquitectónicos de Mijaíl Saakashvili.
Uno de ellos es el 'Puente de la Paz', levantado en el casco viejo de Tbilisi. Según cálculos no oficiales, su edificación costó unos 6 millones a los contribuyentes.
Otra obra es el suntuoso Palacio Presidencial que cuenta con una enorme cúpula de cristal.
Algunas estimaciones de diversos medios georgianos calculan el coste de su construcción en hasta 32 millones de dólares.
Además de estos, el dirigente tiene otros ambiciosos planes de infraestructuras, como son la reconstrucción de carreteras y la renovación de la iluminación urbana, que ascienden a 209 millones de dólares.
"Es realmente un fraude haber gastado tanto en proyectos de construcción en este lustro. La Administración debería rendir cuentas", manifestó Zurab Nogaideli.
Al final, el sueño del presidente Saakashvili no resultó ser tan pulcro y transparente como deseaba, sino un endeble cristal, que a la larga podría cortar a los habitantes con sus multimillonarias cuentas por pagar.