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La justicia sueca infringe el derecho de niños rusos de estar con su madre

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Los tribunales de países europeos a menudo toman decisiones muy polémicas en su afán por proteger a los niños. En algunos casos, entregan a los menores a una familia adoptiva, sin presentar las pruebas de maltrato en el hogar.
La justicia sueca infringe el derecho de niños rusos de estar con  su madre

Los tribunales de países europeos a menudo toman decisiones muy polémicas en su afán por proteger a los niños. En algunos casos, entregan a los menores a una familia adoptiva, sin presentar las pruebas de maltrato en el hogar.

El 12 de diciembre del  2010,  Natalia Petrova vio a sus dos hijas —María y Nelli— salir de la casa para ir a clases de música. Desde entonces no volvió a saber de ellas.

Solo una semana después de lo ocurrido, Natalia se enteró de un juicio, en el que presuntamente se decidió entregar a sus hijas a una familia adoptiva, porque el servicio social la acusó de maltratarlas. Los informes de los representantes de este instituto afirmaban que tanto Natalia como sus niñas no están psicológicamente equilibradas. Según la ley sueca, esta es una razón suficiente para quitarle la patria potestad a la madre, aún sin tener pruebas relevantes.

Según la abogada familiar Jenn Beltran, esta medida se considera legal porque se trata de una ley de protección a los menores. “Si hay un mínimo riesgo, incluso si hacen falta evidencias o testigos, si no hay nada para probarlo pero existe la posibilidad de que algo pueda pasar, entonces la ley y los trabajadores sociales tienen derecho a llevar a los niños a una oficina social y retirarlos de la familia”, afirma.

Las organizaciones escandinavas de derechos humanos señalan que el caso de Natalia muestra cómo funcionan los servicios sociales en Suecia, que pueden quitar a los padres la custodia de sus hijos basándose en criterios muy arbitrarios.

Natalia casi no habla sueco, tiene un abogado designado por el servicio público y muy poco dinero, por eso es muy probable que sus hijas se queden en una familia adoptiva sueca.

“A menudo tienen allegados o amigos que trabajan en los servicios sociales y les ayudan a adoptar a los niños”, dijo Ruby Claesson-Harrold, Activista del Comité Nórdico para los derechos humanos. “Tuvimos casos en que los servicios sociales apoyaban con 10.000 libras suecas, es decir unos 1.200 euros al día por hacerse cargo de un solo niño. En total se pueden obtener apoyos por 3,65 millones de libras suecas al año, es decir más de 30.000 euros al año por un menor”.

Así, algunas familias adoptivas podrían también tener un interés material, a causa de los subsidios del Estado.

El derecho y las convenciones internacionales deberían proteger a Natalia, sin embargo las lagunas del sistema judicial sueco permiten que estos casos pasen desapercibidos. Jenny Beltran está convencida que “un individuo resulta muy débil contra” los mecanismos de esta gran maquinaria.

Los Servicios Sociales se negaron a comentar el caso de Natalia, citando la política de privacidad.

Mientras tanto, lo único que le queda a esta mujer es esperar otra audiencia de su caso, que ya se ha pospuesto varias veces. El caso de Natalia muestra la cara oscura del sistema sueco de "protección" a los menores, en el que los niños que se pretenden cuidar sufren por la fuerza de una ley que trastorna sus vidas.

Con 9 niños adoptados desde el año 2008 Suecia ocupa el 12 lugar en la lista de los países que adoptan a niños rusos. EE.UU. encabeza la lista con 1773 niños.

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