Las autoridades sanitarias de EE. UU. piden mejorar la educación sexual de los jóvenes
Los adolescentes estadounidenses necesitan más educación sexual. Es la conclusión a la que llega el Centro de Control de Enfermedades tras estudiar la estadística de embarazos entre jóvenes de entre 15 y 19 años en Estados Unidos.
Aunque las adolescentes mejoran el crecimiento demográfico del país (el número de niños nacidos de madres con menos de 19 años de edad representa el 10% del total de 4 millones de alumbramientos anuales en EE. UU.), los adultos se preocupan por cómo acabar con esta tendencia.
Según el informe, los jóvenes carecen de la posibilidad “de hablar con sus padres sobre la prevención de embarazos” y “el acceso asequible a medidas de control de natalidad”. El índice de natalidad es nueve veces superior que en otros países desarrollados.
Sin embargo no se puede olvidar que estas cifras han disminuido considerablemente en los últimos veinte años. Así en 2009 dieron a luz casi 40 de cada 1.000 adolescentes, frente a cifras como las de 1991, cuando esta tasa era de algo más del 60 por 1.000.
El estudio también muestra que la cantidad de adolescentes que tienen una relación sexual ha disminuido aunque todavía se mantiene alrededor del 50%.
Pese a que la revolución sexual tuvo lugar hace muchos años y a que hoy en día los chicos son bastante avanzados en estos temas y más de la mitad de los jóvenes reciben información sexual sobre abstinencia y control de natalidad, cerca del 10% no toman medidas anticonceptivas como preservativos o píldoras.
El director del Centro de Control de Enfermedades, Thomas Frieden, asegura que esta institución trabaja por el bien de los jóvenes: “Prevenir los embarazos entre adolescentes puede proteger su salud y calidad de vida y la de sus familias”.
El informe indica que los jóvenes afroamericanos e hispanos son más activos sexualmente que los blancos y como consecuencia las chicas afroamericanas e hispanas tienen más posibilidades de quedarse embarazadas. En las familias con un bajo nivel socioeconómico la tasa de embarazos no deseados también es bastante alta.
La tendencia a contraer embarazos prematuramente, se hereda por lo general de padres a hijos: los hijos de madres jóvenes son más propensos a convertirse en padres adolescentes.
Los embarazos prematuros conllevan problemas como un "alto coste emocional, físico, financiero” y un bajo nivel escolar, no sólo para los padres, sino también para el estado. Los embarazos entre adolescentes tienen un costo estimado para el sistema sanitario de unos 9.000 millones de dólares al año, por lo que cambiar la situación debe ser una prioridad para el Departamento de Salud, según la recomendación del Centro.