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¿Cómo se enteraron los soviéticos del vuelo de Gagarin?

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12 de abril de 1961... el día en el que se volvió realidad algo que parecía imposible. Por primera vez en la historia un ser humano contemplaba a la Tierra desde el espacio: el joven piloto soviético Yuri Gagarin. Su misión se había mantenido en secreto hasta que aterrizara con éxito, nadie esper
¿Cómo se enteraron los soviéticos del vuelo de Gagarin?

12 de abril de 1961... el día en el que se volvió realidad algo que parecía imposible. Por primera vez en la historia un ser humano contemplaba a la Tierra desde el espacio: el joven piloto soviético Yuri Gagarin. Su misión se había mantenido en secreto hasta que aterrizara con éxito, nadie esperaba recibir semejante noticia ni se había imaginado que era posible. En el Oriente Lejano, en los Urales, en Leningrado, en Moscú, en el Cáucaso, la noticia fue recibida con un entusiasmo extraordinario, uno de esos raros acontecimientos que logran unir a todo un pueblo. ¿Cómo fueron las primeras reacciones de aquellos que vivieron en carne propia ese 12 de abril de 1961? He aquí algunos testimonios reales.

Konstantín Chekmariov, San Petersburgo

“Primavera. El tiempo era muy agradable. Yo estaba en el colegio, tuve clase de química. La profesora, apodada 'molécula' por su baja altura, era muy estricta, exigente, todos tuvimos que guardar silencio. De repente, en medio de ese silencio, escuchamos ruidos desde el pasillo… alguien corría y gritaba y cada vez el ruido se tornaba más intenso. Permanecimos sentados, moviéndonos en las sillas, sin poder decir una palabra. Ya se acercaban los exámenes y no queríamos fastidiar a la profesora. En un instante alguien abrió la puerta y exclamó: '¿Qué están haciendo aquí? ¡Un ser humano fue al espacio! ¡Gagarin!' Y la profesora pronunció con su voz helada de siempre: 'Y nosotros estamos teniendo la clase de química. ¡Cierre la puerta y no nos moleste!' Pero el mensaje emocionó a todo el grupo, todos empezaron a cuchichear, a darse la vuelta. Las caras lucían alegría, sorpresa y euforia.  La clase parecía interminable, y apenas la profesora abandonó el aula salimos corriendo al pasillo. Nos juntamos con nuestros compañeros del colegio que iban al centro de la ciudad. A cualquier lado donde se pudiera expresar la alegría… a la avenida Nevsky, a la Plaza del Palacio. Los pocos coches que pasaban por las calles no paraban de tocar las bocinas, la alegría se sentía en el aire. La movilización culminó en una reunión espontánea. La gente se movilizó sola y la policía no lo impidió, se sumó a todos nosotros. Jamás en mi vida he vuelto a ver un ímpetu de alegría tan fuerte”.  

Zinaida Belyj, Moscú

“Estaba trabajando cuando todos empezaron a correr por los pasillos, a entrar en los despachos de los colegas y felicitar con motivo del vuelo de Gagarin al espacio. No nos pudimos ir, seguimos trabajando. Cuando llegué a casa, mis hijos cantaban de alegría. Luego salimos a la calle porque se convocó a una manifestación”.

Alexéi Grekov, Ekaterimburgo

“12 de abril de 1961. El vuelo de Gagarin. Yo tenía 9 años, vivía en la ciudad de Sverdlovsk [actual Yekaterimburgo, en los Urales]. Me acuerdo que hacía muy buen tiempo en aquella época, algo poco común para la región de los Urales.

Yo me enteré del vuelo de Yuri Gagarin al haber vuelto de la escuela. Mis padres estaban en el trabajo cuando yo regresé a casa. Entrando en el departamento lo escuché por la radio. Me pareció que la radio transmitía solo para mí, y que nadie, ni en todo el edificio, ni en la ciudad entera, tenía conciencia de una noticia tan maravillosa. Sentí que estaba obligado a comunicar ese gran mensaje a toda la gente. Sin haberme cambiado salí a la calle. La primera persona con la que me topé fue una vecina jubilada que volvía con las compras a casa. Entusiasmado me acerqué y grité: '¿Se enteró usted de que un ser humano ha volado al espacio?' La anciana me miró, sonriendo, y respondió: 'Por supuesto, querido, claro que lo sé. No solo voló, sino que ya regresó'. ¡Guau! Me quedé atónito. Yo que pensaba que el espacio estaba tan lejos y era tan grande. Resultó que no había terminado de escuchar el mensaje radial y pasé por alto el hecho de que el vuelo había durado solo 108 minutos.

Pero esto no es todo. Apenas una semana antes del vuelo, durante la clase de música, los alumnos nos pusimos a discutir con el profesor. Uno de nosotros dijo que muy pronto los seres humanos explorarían el espacio y el maestro respondió: 'Pero de qué me están hablando, chicos, si hasta que vaya un ser humano faltan años luz…al menos unos 10 o más. Primero van a hacer pruebas con perritos y todo”. Imagínese lo orgullosos que partimos a la clase de música una semana después”.

Vladímir Vladímirov, Ucrania

“En abril de 1961 yo tenía 7 años. Estaba en casa y no había casi nadie en el edificio donde vivíamos. Algunos vecinos se fueron a trabajar, otros se ocuparon de tareas hogareñas. En torno al mediodía escuché un grito estrepitoso de nuestra vecina que se convirtió en un llanto.

Mi madre, presintiendo algo malo, fue a averiguar que había pasado. La vecina le contó sobre un mensaje transmitido por la radio, sobre el vuelo de Yuri Gagarin. Mamá prendió el televisor y empezamos a ver el informativo. Después de las 2 de la tarde los vecinos de nuestro edificio regresaron del trabajo, se juntaron en el patio para discutir el suceso. Cientos de personas se dirigieron al centro de la ciudad con pancartas de apoyo a Gagarin. Para nosotros fue como un juego, correr y escuchar qué decían los adultos”.

Igor Adamovich, Moscú


“Estaba en la piscina, nadando, y alguien me gritó desde el trampolín que por primera vez un ser humano había volado al espacio. Ese día hacía frío en Moscú, llovía. Pero la gente no se amedrentó por el tiempo, salieron todos a las calles, tomados de las manos, formaron columnas enteras. Fue una celebración que unió a todo el pueblo”.  

Olga, Moscú

“Vivía en una de las avenidas más concurridas de Moscú. Cuando se informó del vuelo, a la calle salieron cientos de personas. Se quedaban paradas a lo largo de toda la avenida con banderas de la URSS. Estuvieron allí para saludar a Gagarin y Leónov que pasaron en coches del gobierno justo por esa avenida”.

Mijaíl, Cáucaso del Norte

“Me enteré cuando estaba en el colegio. Tenía ocho años. La noticia los emocionó tanto a todos que nos cancelaron todas las clases. La gente salía a la calle, saltando, se convocó una manifestación espontánea, todos gritaban 'El espacio ya es nuestro'. Alguien consiguió retratos de Gagarin, no sé de dónde… realmente fue una fiesta que unió a todo el pueblo. Fue algo inesperado, porque nadie se había podido imaginar que una persona iría al espacio”.

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