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Italia busca opciones para detener la ola migratoria desde Libia

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La pequeña isla italiana de Lampedusa, situada muy cerca de la costa africana, siempre ha sido una de las primeras puertas de entrada a Europa de los inmigrantes árabes. Pero con las recientes revueltas en Túnez y Egipto y los disturbios violentos que continúan en Libia, el Mediterráneo se ha inu

La pequeña isla italiana de Lampedusa, situada muy cerca de la costa africana, siempre ha sido una de las primeras puertas de entrada a Europa de los inmigrantes árabes. Pero con las recientes revueltas en Túnez y Egipto y los disturbios violentos que continúan en Libia, el Mediterráneo se ha inundado con una ola masiva de indocumentados desesperados.

Sólo a Italia, en las dos últimas semanas, han llegado más de 6 mil refugiados. En Lampedusa muchos de ellos fueron dirigidos a un centro especial, que solo puede albergar a 800 personas.

“Tenemos personal adicional, incluso policías y también a siquiatras, en total 100 personas, pero no son suficientes”, dice Federico Miralliota, director ejecutivo del centro para refugiados.

El ministro de Asuntos Exteriores de Italia advirtió que hasta 300.000 refugiados podrían invadir Europa si el gobierno libio cae. Temiendo un nuevo "éxodo de proporciones bíblicas" los representantes de los países mediterráneos se reunieron ayer en Roma para discutir las medidas necesarias para afrontar una crisis migratoria de tal magnitud.

Entre sus propuestas están crear un “fondo especial de solidaridad europeo” y organizar “un sistema de asilo común sostenible” para los inmigrantes. Lampedusa demostró no estar preparada para la primera oleada de refugiados, que trastocaron la vida de la pequeña isla.

“Ya se han registrado casos de robo y violencia. Es muy difícil identificarlos, algunos pueden ser criminales o íncluso terroristas”, comenta Bernardino de Rubeis, alcalde de Lampedusa.

Por su parte el ministro del Interior alemán, Thomas Maiziére, anunció que su país no teme una ola de refugiados procedentes de los países del norte de África, como consecuencia de las revueltas populares. Aunque subrayó que la Unión Europea “no puede acoger a todos los africanos pobres, solo porque actualmente no encuentren trabajo en Libia”.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, llamó a la Unión Europea a imponer duras sanciones contra Libia, las mismas que serán presentadas conjuntamente en Bruselas.

Estados Unidos es otro de los países preocupados por la situación. El presidente Barcak Obama afirmó que su administración estudiará todas las medidas a adoptar contra las autoridades libias.

Entretanto, continúan los enfrentamientos entre partidarios y opositores de Gadafi, las revueltas, según las organizaciones defensores de Derechos Humanos, ya han dejado unos 2.000 muertos. El país se encuentra dividido en dos, toda la parte oriental está bajo control de la oposición, mientras que en Trípoli los enfrentamientos se han recrudecido.

No obstante el líder libio aseguró que, no abandonará el poder y está dispuesto a tomar medidas radicales para mantenerse en él. Una de estas medidas, según la cadena televisiva Al Arabiya, es que destruiría las instalaciones petroleras del país.

Además, de acuerdo con el diario estadounidense The New York Times, miles de mercenarios extranjeros, bajo el mando de Gadafi, se han acuartelado en las cercanías de la capital libia, mientras que varias unidades del Ejército se han unido a los opositores, y para este viernes la oposición ha convocado a una manifestación masiva en la ciudad.

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