¿La radiación afecta las exportaciones nipones a Rusia?

Mientras en la central de Fukushima-1 continúan sin tregua los esfuerzos para controlar la temperatura de sus reactores, la radiactividad en la zona se ha extendido a algunos alimentos que representa una amenaza a los importadores de productos nipones fuera del país, incluido a Rusia.

La comida japonesa es popular en Rusia, y no sólo en restaurantes, sino también en tiendas especializadas en productos nipones. Tras el terremoto, los comercios han visto como sus clientes han llenado sus cestas de productos más de lo habitual por miedo a quedarse sin sus ingredientes favoritos.

“Creo que estos acontecimientos no nos afectarán tan rápido. Sólo hay una región japonesa contaminada por la radiación y dudo que influya demasiado en las exportaciones. Además, creo que los japoneses ahora se esforzarán por demostrar que su producción no es nociva”, indicó Pável, un comprador.

“En el día de hoy, la catástrofe ha convertido en exclusivos algunos alimentos que hasta hace poco no eran difíciles de conseguir. Por ejemplo, un pescado producido en la zona dañada por el terremoto y el tsunami”.

La empresa pesquera ha quedado totalmente devastada y a este comercio le llegó una de las últimas entregas que se salvaron de verse afectadas por la tragedia.

Japón subraya que los niveles de radioctividad registrados en sus productos no suponen peligro. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud avisa de que la radiación en los alimentos es más peligrosa a largo plazo que las partículas en el aire.

Rusia a su vez realiza controles exhaustivos de radioactividad en todos los alimentos que llegan del territorio nipón  Además, son muchos los restaurantes japoneses en Moscú que por precaución han pasado a utilizar en sus cocinas productos locales, una medida a la que se han sumado numerosos países europeos, así como Estados Unidos, Corea del Sur o China.

La cesación de exportaciones afectará de pleno a la tercera potencia del mundo, ya que representa su verdadero motor económico.

Mientras Japón lucha ahora por reconstruir la zona devastada por la catástrofe y el ánimo de la población, muy pronto tendrá que enfrentarse también a una nueva recesión económica causada por una de las mayores crisis nucleares de la historia.