El ministro de Justicia del Reino Unido provocó un escándalo con sus ideas sobre violación
El ministro de Justicia de Gran Bretaña, Kenneth Clarke, se ha visto envuelto en un escándalo, tras sus declaraciones sobre "violaciones serias" y otras categorías de violaciones. Dijo, que nadie que haya cometido “violaciones serias” nunca será liberado con la misma rapidez que los que son culpables de las “violaciones de novias” ('date rapes' en inglés), informa 'The Guardian'.
Al ver ola de indignación creada por sus palabras, el ministro volvió a decir en televisión que “cada violación es seria”.
En su discurso inicial Clarke, además, anunció sus planes de aumentar al máximo permitido por la ley la rebaja de la pena para los que reconocen su culpa rápidamente tras su detención por acusaciones de violación. Clarke pretendía que esa rebaja en la condena sea de la mitad de la pena y no del 33%, que es el fijado en la ley británica en la actualidad. Sin embargo, al volver a dirigirse a la población el funcionario informó que esta idea tiene que ser estudiada nuevamente.
Durante el tiempo que pasó desde la primera a la segunda intervención del ministro, el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, se dirigió al primer ministro David Cameron con estas palabras: “Cuando el primer ministro salga de su despacho, debe ir y oír las palabras del ministro de Justicia y luego debe decirle con mucha claridad que para el fin del día el ministro tiene que dejar su cargo”.
Sin embargo, el portavoz de Cameron informó que Clarke no será expulsado, pero tendrá que aclarar sus declaraciones.
El delito de violación es uno de los más graves en los países occidentales. En Gran Bretaña y EE. UU., por ejemplo, no existe ningún castigo máximo para este tipo de crímenes, pudiendo alcanzar incluso la cadena perpetua.
Al mismo tiempo, en muchos países musulmanes, pese a la lapidación como castigo, puede ser difícil de demostrar este hecho para la mujer, ya que el tribunal generalmente lo reconocerá solo con varias consecuencias. La mujer que acusa al hombre debe demostrar que era virgen o casada y que guardaba las normas de la sociedad islámica: llevaba burka (no mostraba las partes abiertas de su cuerpo) o que era acompañada por un familiar mayor.
En el caso de que el juez opine que ella de cualquier manera provocó al hombre, la mujer también puede recibir un castigo, que puede llegar incluso a la lapidación.