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Los monegascos se preparan para el acontecimiento más esperado: la boda de Alberto II

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Los monegascos se preparan para el acontecimiento que han estado esperando desde hace décadas: la boda de su monarca, el príncipe Alberto II. El viernes se celebrará la ceremonia civil y el sábado Alberto, de 53 años, y su prometida, Charlene Wittstock, de 33, se casarán por la iglesia.
Los monegascos se preparan para el acontecimiento más esperado: la boda de Alberto II

Los monegascos se preparan para el acontecimiento que han estado esperando desde hace décadas: la boda de su monarca, el príncipe Alberto II. El viernes se celebrará la ceremonia civil y el sábado Alberto, de 53 años, y su prometida, Charlene Wittstock, de 33, se casarán por la iglesia.

En vísperas del solemne evento las calles del segundo país más pequeño del mundo, con tan sólo dos kilómetros cuadrados de extensión, se han limpiado escrupulosamente y adornado para dar la bienvenida a los numerosos invitados a la boda real.

En las vitrinas de tiendas, cafés y restaurantes lucen los retratos de los futuros esposos. Para la fecha se han elaborado diferentes recuerdos con imágenes de la pareja, que tienen gran popularidad tanto entre los habitantes del principado, como entre los turistas.

Asimismo se han tomado medidas de seguridad sin precedentes: se han sellado todas las alcantarillas, la policía controla todos los accesos a la cuidad-estado. El espacio aéreo también está bajo control. “Los paparazzi no tienen posibilidades. Estamos controlando el espacio aéreo no sobre Mónaco, sino también en un radio de unos kilómetros alrededor del principado”, aseguró el director del Servicio de Seguridad monegasco, Andre Muhlberger. “Los infractores tendrán que resolver el asunto con los militares franceses, con los que tenemos un acuerdo especial”, señaló el oficial.

No sólo los invitados de honor, como los 20 jefes de estado y 40 miembros de casas reales, podrán sentirse parte de los festejos. El viernes unos 8.000 monegascos asistirán a una cena solemne que se celebrará en frente del Palacio Real.

Se espera que la ceremonia eclesiástica sea realmente espectacular y lujosa. La novia lucirá un vestido diseñado por Giorgio Armani con una larga cola que llevarán seis niños representando a las seis comunidades del principado de Mónaco. Los festejos del sábado se iniciarán en el castillo de Rocher, en el patio del cual se instalarán varias pantallas de plasma que transmitirán en directo todo el proceso. Luego los novios se dirigirán a la iglesia de Santa Devota, la patrona de Mónaco.

A diferencia del príncipe Guillermo y su esposa, Catalina, la duquesa de Cambridge, que se desplazaron en una carroza el día de su boda, Alberto y Charlene usarán una limusina Lexus LS 600h L Landaulet con medio techo transparente fabricada especialmente para la ceremonia nupcial del monarca monegasco.

Los manjares preparados para la cena de gala por el famoso chef francés Alain Ducasse podrán satisfacer al paladar más exigente.

En la noche del viernes los monegascos podrán asistir a la fiesta que se celebrará en el puerto y culminará con un concierto del célebre Jean Michel Jarre.

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