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Don de los cielos: ¿qué hacer si nos cae?

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Los meteoritos, piedras caídas del cielo que en algunos casos incluso pueden ser más antiguas que nuestro propio planeta, han fascinado al hombre desde el origen de los tiempos. Coleccionar estos trozos de universo está ganando cada vez más popularidad en Rusia.

Los meteoritos, piedras caídas del cielo que en algunos casos incluso pueden ser más antiguas que nuestro propio planeta, han fascinado al hombre desde el origen de los tiempos. Coleccionar estos trozos de universo está ganando cada vez más popularidad en Rusia.

Últimamente, los meteoritos despiertan además un interés que nada tiene que ver con su valor científico. Mijaíl Guenerálov, conservador del museo Mineralógico de la Academia de Ciencias de Rusia, afirma que “existe la creencia de que los meteoritos te permiten ganar dinero e incluso podría tratarse como inversión de capital”. 

Al parecer es más que una simple creencia. Recientemente los funcionarios de aduana han descubierto enormes envíos de fragmentos de meteoritos hacia el extranjero. Según explicó la portavoz del Servicio Aduanero Federal, durante la investigación y en el operativo, tres ciudadanos rusos fueron detenidos. “Eran más de cuatro toneladas de fragmentos de meteoritos”, comentó.

En el caso de estas detenciones, se había realizado una declaración falsa del contenido de la partida, lo que es ilícito porque actualmente, si se siguen los procedimientos, es completamente legal exportar meteoritos. Su rentabilidad ha empujado a algunas personas a dedicarse a la búsqueda de estos materiales.

En un importante campo de meteoritos en medio del bosque ruso, en la provincia de Riazán, los exploradores buscan afanosamente restos de estas formaciones rocosas, cuyo estudio podría revelar algunos de los enigmas que oculta nuestro universo.

Dmitri Kachalin es una de estas personas con un gran interés por los meteoritos. Ha estudiado geología y administra una tienda donde vende e intercambia parte de sus hallazgos. Es un buen negocio: estas rocas pueden incluso valer más que el oro. Algunas se cotizan a 33 centavos de dólar estadounidense por gramo. Pero más que el dinero a Dmitri lo mueve la pasión.

“Si encontramos un meteorito nuevo, especialmente en los antiguos desiertos, en este caso existe una regla internacional no escrita: el 20% lo entregamos a la colección rusa de meteoritos. La sustancia se estudia y se guarda allí como patrón de referencia”, explica el coleccionista.

La Federación de Rusia cuenta con una de las colecciones de meteoritos más antiguas del mundo, a la que ahora se están sumando las muestras procedentes de particulares. Para la ciencia un meteorito puede contener información muy útil.

Mijaíl Guenerálov explica: “Podemos suponer que en algún lugar la formación de vida ocurrió de una manera diferente, y también que los brotes de vida fueron traídos al sistema solar desde muy lejos. Sin embargo, no tenemos información concluyente. Hay formas parecidas a los organismos en los meteoritos marcianos, pero aún no está comprobado completamente”.

Por el momento la ciencia sigue investigando y en sus esfuerzos no está sola. Ahora cuenta con la ayuda de este grupo de "cazadores de meteoritos": personas que comparten el mismo interés que los propios investigadores por estas antiguas formaciones minerales que podrían revelar algunas de las claves de nuestro infinito universo.

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