Una mujer visita tumbas de familiares ajenos por dinero

Para mucha gente los cementerios son un vínculo simbólico con sus parientes y familiares fallecidos, pero también son algo más para una mujer estadounidense que pone flores en las tumbas de personas a las que nunca conoció.

Terry Marotta-Lopriore, de 57 años, está casada y tiene tres hijos. Trabaja como ayudante de abogado, pero la familia está pasando por una situación difícil. Sin embargo Terry encontró una insólita solución: visita tumbas en lugar de la gente que no puede hacerlo y cobra dinero por ello.

“Continúen sus muestras de amor y respeto hacia sus seres queridos que ya no están con ustedes. Si no pueden visitarlos por cualquier razón, estoy a su servicio”, publicitó la mujer en un diario local y en tarjetas que entrega en los pueblos vecinos.

Bien sea que quieran enviar flores o que se rece una oración sobre una tumba o simplemente conocer el estado en el que se encuentra un determinado sepulcro, Terry está dispuesta a visitar cualquier cementerio en municipios vecinos, un trabajo por el que recibe entre 25 y 35 dólares. Las pruebas fotográficas de sus visitas al cementerio las envía por correo convencional o electrónico.

La mujer admite que algunos podrían ver su negocio como escabroso o anormal. “¿Pero qué pueden hacer las personas que son demasiado ancianas o están demasiado ocupadas para rendir homenaje a sus seres queridos?”, exclama.

También la necesitan los que se han mudado fuera del Estado de Nueva York, dejando atrás las tumbas de sus antepasados.

Terry atribuye la idea de crear tal empresa a su padre.

"Le visité el mes pasado y entonces me dijo: ´Terry, vienes al cementerio todos los días, ¿por qué no hacer un poco dinero con eso?", contó la mujer. Lo extraordinario (o extravagante) del caso es que su padre murió hace seis años.