El silencio de Fukushima, un refugio espiritual para miles de personas
Durante algunos minutos al día un centro de evacuados a las afueras de Fukushima se convierte en un refugio mental para muchos de los que hasta allí llegan. La pérdida de familiares o la destrucción de su hogar se ven desde una mirada más comprensiva.
A pocos kilómetros, muchos voluntarios intentan reconstruir y limpiar las ciudades de aquellos que ahora no tienen nada. El trabajo es arduo, lento y además la catástrofe poco a poco se está viendo relegada a un segundo plano en la sociedad japonesa. Según los datos oficiales, el número de colaboradores en la prefectura de Fukushima se ha reducido a la mitad en el último mes.
"Han pasado ya varios meses del tsunami y del terremoto y ya hay muchos que se han olvidado de esta catástrofe. En los medios aparece mucha menos información, pero el problema sigue siendo el mismo. Por eso, pedimos a la comunidad internacional y a los propios japoneses que no se olviden de estas personas", confiesa uno de los voluntarios.
Por su parte, el Gobierno ya ha reconstruido más de 30.000 de las 52.000 viviendas temporales necesarias para las personas afectadas. Además, los evacuados que están en albergues de acogida reciben más de 1.200 dólares al mes. Decisiones del Ejecutivo que algunos damnificados ven con muy buenos ojos.
"Yo estoy contento con la manera en la que el Gobierno me ha ayudado. Si no fuera por su protección no sé qué hubiera pasado conmigo. Ahora tengo cama limpia, comida y están buscando una vivienda para mí", asegura un evacuado de la zona afectada.
Solo un 20% de los japoneses se encuentra satisfecho con la actitud del Gobierno
Sin embargo, según las encuestas solo un 20% de los japoneses se encuentra satisfecho con la forma en que han manejado las autoridades esta crisis. La indecisión y la escasa información son críticas que han acompañado al Ejecutivo desde el trágico 11 de marzo.
Pero los reproches más importantes salen a la luz cuando se habla de la política gubernamental de evacuación. Recientemente, un estudio ha sacado los colores al gabinete presidencial. El informe concluye que se han detectado huellas de sustancias radiactivas en la glándula tiroides del 45% de los niños menores de 15 años.
"Entendemos que no se puede evacuar en un día a miles de personas. Hay que ser muy sensibles en este asunto, pero el Gobierno tiene que actuar y dar prioridad a los niños y a las mujeres embarazadas", comenta la situación Jan Beranek, director de la crisis nuclear en Japón de Greenpeace.
Los centros de evacuación, un refugio mental para miles de personas
A pesar de las incertidumbres que genera el exceso de radiactividad y del trauma que ha dejado el tsunami, los centros de evacuación son sitios donde no se pierde el buen trato y en donde reina la calma.
Son casi cien mil las personas que se encuentran sin hogar y viven ahora en centros de evacuación, intentando reconstruir sus vidas. Cada pequeño hogar mide poco más de 8 metros cuadrados, pero la paz y el respeto que se respiran hablan por sí solos.
Las verdaderas preocupaciones de los evacuados se quedan dentro de cada uno. Asimismo, las personas que ayudan a estos ciudadanos recalcan que tras la tragedia ha surgido en muchos de ellos un sentimiento de culpabilidad.
"Después de la muerte de muchas personas en el tsunami, muchos desplazados, a pesar de haber sobrevivido, se sienten culpables. Y ese es un asunto que hay que tratar con tiempo y paciencia", declaró el director de una ONG japonesa.