Gobierno georgiano se niega a hablar sobre desaparecidos

En Georgia crece la indignación por la desaparición de opositores al régimen durante la represión policial de las manifestaciones del pasado mes de mayo. Sus familiares afirman que las fuerzas de seguridad no proporcionan información adecuada sobre ellos.

Guili es una de las mujeres que han perdido a sus parientes en las represiones policiales durante las protestas antigubernamentales. Su hijo fue detenido junto con otros opositores y desde entonces no se conoce su paradero.

“Me comunicaron que se encontraba en una comisaría, así que tomé la decisión de dirigirme allí. Después me dijeron que lo han trasladado a la comisaría de otra región. Cuando me presenté, me informaron de que tampoco estaba ahí. Entonces, ahora se ha perdido. No sé por qué”, cuenta Giuli.

Días después de estas manifestaciones fueron encontrados varios cuerpos inertes cerca de la zona donde tuvieron lugar las concentraciones. Sin embargo, las circunstancias de las muertes de estas personas parecen imposibles de conocerse.

La líder de la oposición, Ninó Burdzhanadze, dijo que había recibido mucha información de parte de los manifestantes. “Estos aseguran que fueron golpeados, y que incluso debido a la violencia empleada hubo varios muertos”, afirmó.

Existen diferentes organizaciones que están investigando lo sucedido en estos acontecimientos. Pero la falta de datos y su imprecisión crea demasiados obstáculos. La policía y las autoridades no pueden proporcionar la información adecuada acerca de las víctimas mortales y aquellos, que están considerados como desaparecidos.

“Los funcionarios de prisión, la Policía, el Ministerio del Interior… ellos no nos dieron la respuesta, sobre dónde se encontraban esos detenidos. Por eso no dieron ninguna información, sobre dónde se encuentran recluidas esas personas. En definitiva, fue una situación caótica”, cuenta Tamara Chugoshvili, de la Asociación de Abogados Jóvenes de Georgia.

Las manifestaciones a finales de mayo han provocado una gran resonancia no solo en la sociedad georgiana, sino en todo el mundo. Los métodos utilizados por el gobierno georgiano a la hora de reprimir los movimientos de oposición, fueron crueles e inhumanos. El uso de gas lacrimógeno, porras y balas de goma causó varios muertos y decenas de heridos. Aparentemente Saakashvili no acepta las formas pacíficas llevadas a cabo por los manifestantes, lo que seguramente causará más descontentos, más protestas y lo que es aún más grave, más víctimas.

¿Cuántas personas más desaparecerán en "la lucha por la democracia" que está proclamando el presidente de Georgia? ¿Cuántas madres, como Guili aplicarán intentos infructuosos en la búsqueda de sus hijos? Parece que estas preguntas seguirán quedando sin respuestas.