Vuelve a sonar en Rusia la campana del Monasterio de San Daniel

Después de 80 años de estar en el extranjero, la histórica campana que una vez formó parte del Monasterio de San Daniel, vuelve a sonar en su lugar de origen para repicar como en sus mejores épocas.

En el año 1930 los Bolcheviques ordenaron desmontar todas las piezas de este campanario para fundirlas y usarlas en el proceso de industrialización del país.

Pero esto no pasó. Ese mismo año el empresario estadounidense, Charles Crane, las compró y trasladó hasta el campus de la Universidad de Harvard. Allí fueron instaladas en la torre de una residencia, siendo toda una atracción para estudiantes y visitantes. Ahora gracias a un acuerdo entre la institución educativa y el gobierno ruso, las campanas fueron devueltas a cambio de unas réplicas exactas.

Las campanas han estado ligadas a la historia de Rusia. Desde tiempos imperiales eran usadas para congregar a la población para las misas o convocarla para comunicarles novedades. Su importancia se mantiene viva, incluso hoy en día, sobre todo en poblaciones como Sharopovo en donde se lleva a cabo el único festival de música de campana de Rusia.

El ´Toque de la Trinidad´, atrae tanto a grandes como a chicos y cuenta con la presencia de los más renombrados campaneros de toda la nación, así como de la vecina Bielorrusia. Es tanto el interés por este instrumento que varios monasterios a lo largo y ancho de la nación comenzaron a impartir clases a personas interesadas en aprender este arte milenario. Precisamente el Monasterio de San Daniel, acaba de recibir al tercer grupo de estudiantes procedentes de Estados Unidos.

“Al primer grupo de estudiantes solo les enseñamos cómo tocamos las campanas aquí. Pero este grupo las han tañido junto con nosotros. Y no creo que los feligreses notaran alguna diferencia. La constante práctica y la dedicación los ha llevado a obtener cierto reconocimiento en sus instituciones académicas, donde participan en diferentes actos de la vida estudiantil mostrando su habilidad.”, dice el diácono Román, el campanero del Monasterio de San Daniel.

“Tocamos en eventos ocasionalmente, como en el día de matrícula, algo que hacemos cada año, eso ya es una tradición y no es algo de tipo sacro”, confiesa Iván Bochkov, el estudiante Universidad de Harvard.

Contrario a lo que muchos creen, la campana es un instrumento versátil y no necesariamente se limita a la interpretación de melodías religiosas.

Inna Ryznik, la estudiante de la Universidad de Harvard expresa: “Desde Ellie Forster hasta Lady Gaga, podemos ejecutar cualquier cosa”.

Arte, tradición y mucho ritmo, tres aspectos que combina este histórico instrumento que cautiva con su sonido magistral a todas las generaciones de diferentes regiones del planeta.