La juez considera que varios argumentos de los fiscales contra But son poco convincentes

La juez estadounidense Shira Scheindlin comentó durante el proceso judicial que varios de los argumentos, presentados por la fiscalía contra el empresario Víktor But, a ella le parecen “frágiles”. “No veo una gran cantidad de pruebas”, añadió, hablando sobre ciertos aspectos del caso. Al mismo tiempo, el tribunal todavía no ha llegado a la decisión sobre la petición de los abogados de levantar una parte de las acusaciones contra But.

Por el momento fiscalía le imputa cuatro violaciones de la ley estadounidense: acuerdo con el fin de matar a ciudadanos  estadounidenses, acuerdo con el fin de matar a diplomáticos estadounidenses, acuerdo con el fin de vender armas y el apoyo al terrorismo por colaborar con las FARC, que en el país norteamericano está en la lista de organizaciones terroristas.

But fue arrestado tras la solicitud de EE. UU., en el marzo de 2008, a Tailandia, y en noviembre del 2010 fue extraditado a EE. UU. Por su parte el empresario ruso rechaza todas las acusaciones. Él, junto con su defensa, declara que no realizó ninguna actividad comercial en el país norteamericano, que no vivió allí y que no abrió cuentas bancarias durante el tiempo indicado en la acusación.

Basándose en todo eso, la defensa pide al tribunal cierre el caso, ya que está fuera de la jurisdicción de EE. UU., y aseguran que el mismo se fundamenta en motivaciones políticas y viola los derechos del acusado.

En lo que toca a los últimos, But, a través del cónsul ruso en Nueva York Andréi Yushmánov, declaró que los agentes norteamericanos aplicaron varios métodos profesionales para adquirir la información de sus contactos. Incluso hablaron de amenazas, para él y su familia, pero no por parte de los norteamericanos, sino insinuando que autoridades rusas tomarían represalias y que en el caso de que él colaborara con los estadounidenses, afirmó el acusado, le prometieron que "todo estaría bien" con él y su familia y que le darían protección.

Por varios meses But estuvo encarcelado en una celda destinada a los criminales más peligrosos, un metro y medio por un metro y medio, sin acceso a luz solar y sin posibilidad de pasear; ya que es vegetariano, tenía problemas con la alimentación. Además, el reglamento le permitía hablar con visitantes pero estando separado de ellos por un cristal  grueso y opaco, por lo que para poder oírse uno el al otro debían gritar.

Estas condiciones, según el propio But, también fueron empleadas para presionarle psicológicamente. Solo en marzo, tras la petición de la defensa, la juez cambió las condiciones de detención de But, para garantizar su derecho a  la legítima defensa.