Las matrioshkas gigantes toman Moscú
Las tradicionales matrioshkas, las orondas muñecas rusas que contienen la idea de maternidad, fertilidad y riqueza, y que son un símbolo de la tierra rusa, resplandecen bajo una cúpula de cristal en el centro de Moscú tras haber conquistado el corazón de los parisinios.
Uno de los centros comerciales de la capital rusa acoge estos días una exposición única compuesta por un grupo de muñecas gigantes rusas de entre 6 y 13 metros de altura diseñadas según los estilos típicos de las distintas regiones rusas. Las matrioshkas, que forman parte de un proyecto original del diseñador Borís Krasnóv, ya participaron en 2010 en la Exposición Nacional de Rusia en París.
El simbolismo que desprende la instalación, distribuida en forma de corro, y los modernos materiales usados en la decoración de las muñecas, atrajo la atención de todo el mundo, y generaron comentarios elogiosos e incluso la admiración de algunos críticos. Mucha gente acudió a la exposición deseosa de contemplar estas piezas típicas rusas, entre ellos el primer ministro ruso, Vladímir Putin, y su homólogo francés, François Fillon.
Cada instalación ha sido elaborada con madera de los bosques rusos y fue tratada con procesos tradicionales, como el remojo, que se utiliza para imprimir curvas perfectas en la madera. También se emplearon diferentes técnicas de decoración, como el barniz, la pintura ornamental, la aplicación de tejidos e incluso de ornamentos, según los estilos predominantes en las diferentes regiones de Rusia. Cada artesanías seleccionada para cumplir funciones decorativas tiene su propia historia, que refleja la visión popular rusa del mundo y la belleza.
Para instalar a las enormes muñecas se utilizaron grúas de tecnología avanzada como las que se suelen usar en la construcción de edificios.
La combinación orgánica de los símbolos más conocidos del arte ruso, la grandeza y la belleza de la instalación, brillan bajo la luz natural que traspasa la cúpula de vidrio más grande de Rusia, de 10.000 metros cuadrados de superficie, creando una atmósfera acogedora. Bajo esta techumbre cada visitante puede sumergirse en el mundo fascinante de los cuentos rusos y de las mejores tradiciones de la cultura y arquitectura rusa.